RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 1 de octubre de 2012

DOMINGO 30: EL VACIADO DE GLUCÓGENO

Como viene siendo costumbre los domingos, tras la tirada larga y exigente de los sábados toca carrera continua suavita y también larga en el tiempo. En esta ocasión madrugamos mi mujer y yo, hicimos unos 42´de trote muy suave, en torno a 7´el kilómetro y a partir de ahí me quedé solo, aumenté el ritmo a 5´20´o así y yendo poco a poco en progresión terminé por hacer otros 52´, sin ir apenas por debajo de 5´. Tras haber llegado al parque hice las cinco series de gradas de los domingos, y es que no se pueden olvidar estos ejercicios de fuerza, que siempre vienen bien. Tras esto, me fui suavito a casa focalizando mi atención en el juego de tobillos para articular al máximo. Salió un entreno de entorno a 1 hora y 49´ y una distancia de 16,20 kilómetros.

Este trote suave persigue acostumbrar al organismo a realizar el vaciado de glucógeno para luego tras recargar tratar de hacer más grande el almacén y obtener un plus para la maratón. No sé si funcionará en ese sentido pero desde luego, tras la carga muscular del día anterior, siento como, al terminar la sesión, mis piernas están descargadas y listas para meterles de nuevo más intensidad.

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