RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 31 de julio de 2012

VIERNES 27: CASI DOS HORAS CORRIENDO POR LAS PLAYAS DE ALCOSSEBER

Tenía ganas de cambiar de paisaje, y aprovechando nuestra estancia en la playa me levanté temprano para irme a correr. Había quedado con mi mujer también, así que decidimos que primero correría yo solo, y luego se engancharía conmigo. Así que bordeando playas, paseos y acantilados me crují 58 minutos de trote un poco cansinos. No tenía muchas ganas, la verdad. Llegué con un montón de sudor al apartamento, fruto de la humedad y allí me dí una ducha rápida y nos fuimos mi mujer y yo de nuevo por los mismos sitios por donde unos minutos antes había pasado. Acortamos el recorrido ya que el ritmo fue mucho más lento y volví a hacer otros 58 minutos. Total 1 hora y 56 minutos. En la segunda parte me pesaba todo y no tenía ganas de dar paso. No me iba bien tanta humedad, creo yo.

No hay comentarios :

Publicar un comentario