Eso pensé. Desde el apartamento se veía unas sierras frondosas provenientes del Parque Natural de la Sierra de Irta. Ví que podía llegar a una Ermita que estaba a unos 3,5 kilómetros subiendo unos 250 metros en los mismos, es decir, un 8% medio de pendiente. Oso hice y fue la leche, cuestas que llegaban en algunos casos al 20%, adelanté a un montón de ciclistas que iban por tramos casi parados porque se topaban con una auténtica pared. A diferencia del día anterior, mis piernas iban respondiendo. Llegué a la ermita y sin descanso seguí por un recorrido de senderistas hasta llegar a una antena de televisión, ya con más bajadas que subidas. Desde allí bajé hasta Alcosseber acumulando casi una hora de recorrido. Me dirigí a un faro que habíamos conocido el jueves paseando, desde allí me adentré por una serie de sendas muy divertidas y bonitas, paralelas al mar y volví al apartamento marcando 1 hora y 35 minutos. Muy buenas sensaciones y muy buenas piernas me quedaron. Os muestro una foto de la ermita:
RELATOS
Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.
martes, 31 de julio de 2012
SÁBADO 28: A FALTA DE TIRADA LARGA, CUESTAS LARGAS
Publicado por
JAVIER AYUSO
en
19:24

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Etiquetas:
ENTRENAMIENTOS
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