RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 20 de julio de 2012

VIERNES 20: LA PRIMA DE RIESGO Y DOS CIRCUITOS OBERÓN

Otro viernes más de esos de mi ERE temporal. Algo bueno tenía que tener eso de los expedientes de regulación de empleo, que te queda tiempo libre. Dejé a la niña en la guardería y me fui a casa a cambiarme, no sin antes revisar, como cada día (deformación profesional por ser economista), la últimamente tan temida prima de riesgo. Pude baticinar que hoy sobrepasaría los 600, como finalmente así ha sido y pensé que el desastre en el que estamos todos inmersos no puede hacer que yo deje de correr. Por ello, me puse los bartulos de batalla y me fui derecho a la pista de atletismo, a casi calcar el entreno de justamente el viernes de la semana anterior. Hice un circuito con gradas, sumando un total de 34 minutos de trote, con buenas sensaciones, y después busqué un cacho de sombra en la pista donde poder realizar dos circuitos oberón. Nunca antes había conseguido, quizá porque no me había puesto, terminar dos de estos circuitillos, y el que más pesó fue el primero. Al terminar me fui un poco deshecho y deshidratado a casa, pero todo muy bien asimilado, salvo lo de la prima de riesgo, claro. También cero molestias, salvo lo de la prima de riesgo...

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