RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

jueves, 17 de mayo de 2012

MARTES 15 TOCAN SERIES TRAS LA TEMPESTAD

Realmente cuesta volver a calzarte las zapatillas y volver a arañar tiempo de donde no hay para retomar sufrimiento, cuando moralmente estás deshecho. Pero es cierto que una vez dado el primer paso, es decir, que una vez que te pones otra vez la ropa de correr y sigues con el planning establecido poco a poco se va diluyendo la desilusión y te vuelves a concentrar en lo que importa. En este caso todo ha resultado más fácil, ya que mi mujer me ha apoyado con un gesto muy simple: nos fuimos todos a la pista de atletismo. Allí me tocaba 4*3000, ahí es nada. Calentamos juntos y me paré a los 15 minutos. Comencé con los 3.000 metros y enseguida me di cuenta de que mi Garmin va a lo suyo desfasando un montón con la medida de la pista. El primer 3000 marqué 12´38´´ y el Garmin me decía que había hecho 12.160 metros. Eso es mucho error ¿no?. Las sensaciones no fueron buenas del todo. Mejoré en el 2º, mejor en piernas y en pulsaciones y marqué 12´20´´ otra vez con una distancia según GPS de 12.145 metros y una media según aparatito de 3´58´´ el kilómetro. Estaba cansado y aún quedaban dos series más. La tercera procuré hacerla más tranquila, y me costó bastante, pero me la quité del medio haciendo 12´32´´. Me dolían las piernas y decidí dejarlo así y no hacer la cuarta. Creo que hice bien.

En cuanto a mi mujer, correteó unos 30 minutos y pasó también mucho calor. Hasta la niña corrió un par de vueltas (tiene más pinta de atleta que el mayor, que se dedicó a saltar en los fosos de longitud casi todo el tiempo.

Distancia total 11,5 kilómetros.

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