RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 1 de abril de 2012

SÁBADO 31 DOBLAJE EN DÍA AGOTADOR

Preparé el viernes por la noche todo para hacer los 18 kilómetros previstos, dando dos vueltas a un circuito de 9. Por la mañana temprano teníamos viaje familiar y esto me obligaba a acortar el kilometraje, con la idea de salir luego por la tarde para completar el cupo de kilómetros. Ya de madrugada me desvelé y me levanté a eso de las 5 am. Tras ir un rato al ordenador, mirar información y cargar el MP3 decidí irme con el farolillo y dar tres vueltas en lugar de dos, completando así 27 kms. Así empecé, de noche cerrada, a eso de las 06:30 am. La primera vuelta la completé en 41 minutos, y lo peor fue la incomodez de no ver bien el suelo en la zona de caminos. Avituallé rápidamente en la puerta de casa, con una barrita energética y algo de bebida isotónica. Salí bien en la segunda, con mejor ritmo, pero llegando al final sentí algo cargado el gemelo y decidí parar ahí el entreno. No me molestó nada la rodilla, ni el muslo, así que puedo dar ya por zanjadas ambas minilesiones, pero por evitar males mayores decidí no forzar. Después de un atareado día de compras y otras gestiones, incluyendo una comida copiosa, salí a eso de las 17:00 horas al parque, para dar unas vueltas a ritmo. Me costó coger la cadencia, pero a partir de la cuarta vuelta comencé a ir a 4:30 el kilómetro. De nuevo pasó lo mismo que por la mañana, porque sentí cargado el gemelo derecho y decidí no dar más vueltas, completando 8 kilómetros que unidos a los 18 matutinos, suponían 26 kms, eso sí, de calidad.

No hay comentarios :

Publicar un comentario