RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 25 de febrero de 2012

SÁBADO 25 ¿COMENZAMOS DE NUEVO?

Habrá que comenzar que esto no ha terminado, tan sólo estamos a medio camino. Puse el reloj a las 07:00 con el estrés que supone que tengo que estar a tiempo de vuelta para quedarme con los niños ya que mi mujer trabaja por las mañanas. Pero como estaba hecho polvo me dormí levantándome a las 08:15. No quería doblar porque no me encuentro con fuerza mental para estar todo el sábado pillado, y tampoco quería guarrear un sábado, así que no me lo pensé más, cargué el MP3 y a las 08:43 salía hacia la gasolinera Shell del kilómetro 191 de la autovía, para regresar por el camino que termina en la carretera de La Solana para bordear el Peral y regresar por el camino que hay entre este paraje y el de las Aguas, volviendo al camino del Peral y a casa. Todo el tiempo me sentí sin chispa, con algún dolor lumbar, sin fluidez pero al menos sentí que podría aguantar lo que me echaran. Decidí hace los 22,4 kilómetros que tiene el circuito estimando que tardaría algo menos de 2 horas al ritmo que había propuesto. Finalmente he tardado 1 hora y 51 minutos y creo que ha sido positivo hacerlo, y este sentimiento ha sido el mejor, tras un entreno, en toda la semana. Lo mejor, en este momento siento un buen hormigueo en mis piernas y ahora no me siento pesado, es más, tengo ganas de salir mañana a hacer lo que tengo previsto, algo de gradas y gomas.

Creo que he pasado el punto de inflexión y creo que comienza la cuesta abajo.

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