RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 4 de octubre de 2011

EL LUNES ENTRAMIENTO RARO CORTO Y SIN CHICHA

El lunes, todavía afectado por la pequeña depresión del domingo, me fui al parque Cervantes sin ganas de hacer nada. Di cuatro vueltas cada una a un ritmo distinto, y en progresión, terminando el kilómetro en 4 08. las piernas me dolían bastante de la media del día anterior, pero aún así podía soportarlo.

Tras esto, con un tiempo de unos 19 minutos, me fui a hacer escaleras, en las gradas que hay en el parque. Comoquiera que estaba todo medio a oscuras, cuando comencé a subir a pata coja, ví que había movimiento entre los árboles de arriba de la grada, y ví salir pitando a un tío agarrándose los pantalones. Enseguida comprobé como quedaba alguién todavía entre las ramas (no sé precisar si se trataba de un chico o una chica), el caso es que me incomodó bastante y sólo hice dos series más.

Así que, entre la desidia y el contratiempo decidí clausurar el entrenamiento.

Tiempo total, 22 minutos y para olvidar

No hay comentarios :

Publicar un comentario