RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 17 de julio de 2017

DOMINGO 16: NO SE ESCAPA UNA SEGUNDA BUENA TIRADA

Hemos decidido comenzar con fuerza y ganas el nuevo plan que nos lleve a la Maratón de Valencia en buena disposición: para el caso de Merche está claro que existe una gran motivación para lograr bajar de 3 horas 55 minutos, marca que creo que tiene a su alcance si nada se tuerce y no pasan cosas raras, aunque todo dependerá de como entreno estos cuatro meses, en cuanto a mi la cosa cambia, pese a encontrarme fabulosamente bien en los meses de mayo y junio, que sin duda han sido de los de mejor forma física de mi historia viva, desde finales de junio la cosa ha cambiado un poco, debido a temas laborales que han consumido mi tiempo y un poco de mi seso. Pero ya estoy de vuelta, afortunadamente, lo que ocurre es que mi relación con las maratones de de auténtico AMOR-ODIO, ya que las experiencias vividas me dicen que no se me dan bien cuando las planifico en demasía, y tampoco soy fiable corriéndolas. Pero ya nos hemos inscrito y en la marca realizada puse mi 02:58 de Roma, con mucho orgullo por cierto, el problema lo tuve cuando tuve que rellenar la casilla de "marca prevista", dude por momentos en poner una sub 3 horas, pero de lo de Roma ha hace más de 4 años, y mi cuerpo ya no está para aventuras tan tormentosas, así que me fui a unas 03:09 que pueden parecerme una marca discreta, aunque sería mi mejor tercer marca en maratón. Ya no hay sombras de lesiones, tan sólo un cálido verano por delante y quizá poco tiempo para entrenar, pero me comprometo a intentar rendir en esta distancia que tanto miedo me da últimamente.

En esta guisa madrugábamos por segundo día consecutivo Merche y yo, dispuestos a realizar una segunda tirada, más corta que la del sábado, pero más intensa, sobre todo para ella. Como me había gustado la experiencia de no pensar en kilómetros  y sí en minutos, le dije a Merche que tocaba hacer 1 hora y 30 minutos a un ritmo que progresivamente iría siendo más exigente, hasta agarrar ritmo de maratón. Ella se dejó hacer, como casi siempre, y así fue como comenzamos el circuito sin tener muy claro el recorrido, y fuimos cumpliendo lo de ir cada vez más rápido, hasta que nos pusimos por debajo de 5´30´´. La vuelta hacia la Carretera de Daimiel, tras haber hecho la ida por el Camino de Huertezuelas, se hizo mejor quizá porque mi mujer ya se veía regresando, pero aún tuvimos que callejear por el pueblo para completar lo que al final acabaron siendo 1 hora 25 minutos para un distancia de 14,5 kilómetros, a un ritmo medio de 5´51´´, cercano al ritmo medio de su última Maratón de Castellón 5´40´´

El inicio del plan ha sido bueno, y esto sólo tiene que ser el principio. En cuanto a mi, buenas sensaciones, pero me tengo que independizar de mi mujer para rodar a mis propios ritmos



No hay comentarios :

Publicar un comentario