RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 20 de junio de 2017

SÁBADO Y DOMINGO 17-18: DOBLAJE CON 16 POR LA MAÑANA CIRCUITO PERAL GATERA + CARRERA NOCTURNA EN SIERRA PERAL CON MERCHE

Tuvimos que madrugar para irnos a Miguelturra, donde los organizadores del Ultra Trail de los Castillos habían organizado un evento muy bonito: plantar una encina en el Cerro de San Isidro de dicha localidad para cada uno de los tres clasificados en cada una de las pruebas de 2016 y 2017, así como también el último clasificado/a. Llegamos al cerro que bien conocemos porque se pasa por él en el recorrido de la Media Maratón de Miguelturra, y allí estaban dos de los organizadores, al rato comenzó a llegar gente y nos acercamos al lugar donde teníamos que plantar las encinas. Un bonito gesto que sirve para reforestar y para hacernos un poco menos mortales. 















Tras esto aprovechamos la coyuntura para ir de compras a Ciudad Real, y ya por la tarde, en casa, hacía tal calor que se me quitó la idea de hacer una macrotirada, algo que tenía en la cabeza. A cambio nos fuimos Inés, Merche y yo a tomar unos vinillos, ¡menudo cambio!.

Pero llegó el domingo y ya no era cuestión de perdonarnos más sesiones. Por la mañana hice una tirada de unos 17 kilómetros yendo al Peral, desde ahí al centro de adistramiento canino que hay en la carretera de San Carlos del Valle, bajé a la vega del arroyo, subí y terminé en la Finca La Gatera y de ahí a casa. 

Pero aún había algo más que hacer. Ya por la noche, a Merche le tocaba salir a mover esa rodilla, que llevaba unos días de descanso, así que nos fuimos al Peral, donde aparcamos el coche, e hicimos dos subidas por la senda técnica que lleva a lo alto de los molinos eólicos. Merche se desenvolvió muy bien a pesar de que llevaba su frontal, muy poco potente. Tras la segunda subida, bajamos por la pista hasta la carretera y de ahí por la Carretera de La Solana hasta el Peral, unos 10 kilómetros pero bastantes duros, con casi 500 metros de desnivel positivo. Lo mejor fue el fresquito que hacía y las buenas sensaciones que yo tuve. Mercedes también se encontró mejor de sus problemas en la cintilla.





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