RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 24 de octubre de 2016

SÁBADO 22: ENTRENANDO NO COMER NI BEBER EN MÁS DE 23 KILÓMETROS Y SUBIENDO A LOS MOLINOS EÓLICOS

El sábado pasado tocó entrenar una cuestión importante para nuestro reto: ver cuánto puede aguantar Mercedes sin repostar, por si acaso le toca comprobarlo durante el Doñana Trail. No teníamos prisa, y había cierta relajación, pero habia que subir a los molinos eólicos de la Sierra del Peral lo cual siempre inspira cierto respeto. Fuimos por la Carretera de San Carlos del Valle, con bastante soltura, subimos por el camino que lleva al Peral, idem, con buenas sensaciones. A Mercedes se le ha notado toda la dureza del verano y ahora está enchufada, se le ve.. Bajamos al Paraje de las Aguas y de ahí por la carretera hasta alcanzar el Camino Carretas y tirar hacia El Peral en su zona alta. Finalmente cogimos un camino a la derecha que nos llevaba la sierra, y tan sólo bajamos el ritmo (de hecho Merche anduvo) en la zona impracticable llena de piedras que tuvimos que atravesar, de unos 400 metros de longitud. Comenzamos la subida a los molinos teniendo que salvar casi 200 metros de desnivel positivo, y Merche tenía ciertas dudas en cuanto a sus fuerzas, pero la verdad es que subió sin grandes esfuerzos a ritmo constante. Tanto es así que sin descanso alguno bajamos, pero moderando el ritmo no fuésemos a jugarnos alguna lesión. Ya en el rellano y en la carretera cogimos buen ritmo y llegados al Peral la buena cadencia continuó hasta casa y todo sin beber ni comer, algo impensable en otro tiempos. 23,5 kilómetros en 2 horas 30 minutos con la subida comentada entre medias. Habíamos superado el último gran obstáculo antes de la Doñana Trail.

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