RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 24 de octubre de 2016

LUNES 17: LA DESMOTIVACIÓN TE ENGAÑA Y ES MALA CONSEJERA, NO LA ESCUCHES

Estar de tapering tiene sus cosas buenas pero también sus cosas "no tan buenas". En lo positivo está claro que el cuerpo y la mente se merecen cierta relajación no permitida en otras fases del plan, y en lo negativo hay que decir que dicha relajación provoca muchas veces cierto "aplatanamiento" que desactiva algunos mecanismos y que provoca que el cuerpo (y también la mente) ya no estén tan dispuestas a sufrir. Así comenzó mi lunes de running del día 17, sin mucha predisposición. También hay que tener en cuenta que el otoño trae la noche antes por lo que cuando menos se espera uno ya se ve corriendo en la oscuridad. En cualquier caso "nada nuevo bajo el Sol". Me ví subiendo campo a través el Cerro del Ángel, como si no hubiera tenido bastante el día anterior con Mercedes. La subida bien, más allá de los problema motivacionales a los que hacía referencia en las líneas de arriba. En la bajada metí un poco de caña y me ví por la vía de servicio apretando de lo lindo, como si se fuera a acabar el mundo tras de mi y huyera de la catástrofe. Llegué el camino que pasa por detrás de los cerros de la Aguzadera y regresé por el camino que deriva en el de Membrilla, bajando a muy buen ritmo por el asfalto hasta casa. Al final resultó una sesión decente por más que al comienzo no tuviera ganas de iniciarla.

Unos 10 kilómetros a añadir en esta semana de antesala al reto de mi mujer.


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