RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 25 de mayo de 2016

ALL ROADS LEAD TO ROME

Salgo de la oficina y compruebo el calor que hace afuera. Entro en el cuarto de baño y comienzo a cambiarme. Primero la camiseta de tirantes, luego el pantaloncillo ya descolorido de tantas batallas, después los calcetines y por último las zapatillas, la parte más sensible. Tras atarme bien los cordones me doy cuenta que ya está todo, ahora toca salir a pasarlo mal ...no tengo ganas de hacerlo pero no puedo evitarlo, además me siento cansado y me duelen las piernas, la cadera, uff, tengo molestias en demasiados sitios. Me quedo sentado en la banqueta y la vista se me va a la frase que hay impresa en mi mochila azul Asics, aquella que me dieron en la Rome Marathon de 2013: "All roads lead to Rome". Todos los caminos llevan a Roma y eso tiene doble sentido para mi, porque Roma fue mi Zihuatanejo, mi sueño cumplido hace poco más de tres años. De manera inesperada me vi flotando sobre aquel adoquinado lleno de historia y en una de las pocas veces en mi vida mi esfuerzo tuvo su fruto. All roads lead to Rome, sí, lo he entendido, lo capto,  pero ya no sé qué camino tomar ni tan siquiera creo que cogiendo cualquiera de ellos regrese al Coliseum y me vea girando ante sus ancestrales piedras, mirando el Garmin y viendo que lo estoy consiguiendo, 2:57 y me quedan poco más de 200 metros. Todos estos pensamientos me han abstraido y he perdido 5 minutos preciosos; me levanto y resignado salgo a la calle dispuesto a sufrir con el calor, mis dolores y con mi decadencia.


2 comentarios :

  1. Joder Javier!, ¿cómo un atleta joven como tu va ser una persona en decadencia?, deja de lamentarte y corre, no hay otra, además, ¡que suerte tienes gachón, puedes hacer lo que te gusta!.

    Un abrazo, Emilio Díaz.

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  2. Llevas toda la razón, pese a todos los inconvenientes seguimos corriendo y si nos quejamos es porque queremos. ¡Un abrazo!

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