RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 29 de noviembre de 2015

JUEVES 26: HACIENDO GRADAS, JUSTO LO QUE NO DEBERÍA HACER

Mi decisión en esta semana en la que Mercedes se ha lesionado, (o al menos sí que tiene tales molestias que lo más aconsejable es que apenas corra) era continuar cogiendo ritmo como ya lo intenté en la anterior. Asi que el jueves decidí hacer algo para lo que aún no estoy preparado debido a mi lesión de larga duración: hacer gradas. Todo lo que leas en internet en relación a la pubalgia te llevará a la misma conclusión: nada de ejercicios explosivos, nada de multisaltos y nada de sentadillas, al menos hasta que no hayas superado la lesión. Esto que tengo en el pubis lleva conmigo ya desde julio, aunque si afino en el recuerdo ya me había avisado desde unos meses antes (recuerdo el dolor en la zona derecha tras terminar mi buena Media Maratón de Bolaños). En esta semana "rebelde" había que intentar eso de las gradas que en otros tiempos me trajo tantos beneficios, así que fuimos al Parque Cervantes y allí dí cuatro vueltas haciendo parada en la zona de gradas, donde hice en cuatro ocasiones mi pequeño circuito. A cada multisalto sentía un ligero dolor, pero lo podía soportar, y decidí seguir arriesgando. Lo mejor es que en la carrera, en la parte de cambio de ritmo que hacía tras las gradas, me sentía cómodo. Tras terminar mi tarea regresé dando un rodeo por la vía de servicio de la AIV y todo para que me salieran unos 9 kilómetros. Este ratoncillo mordido otro barrote; en realidad solo dejo pequeñas muescas en el hierro, pero ¡por algo se empieza!

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