RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

LA DISTANCIA QUE NOS SEPARA DEL FINAL. DEDICADO A MI PADRE






























Se podría decir que la vida es una distancia que realizar sin un recorrido prefijado y sin un final definido. Si lo pienso no somos más que caminantes que hacemos camino, seguimos la ruta y de vez en cuando nos desviamos por acá y por allá, paramos para reflexionar o descansar, aceleran cuando las emociones se disparan o retomamos vías ya andadas cuando nos hemos perdido...; no importa tanto a dónde vamos, quizá lo principal es que estamos en movimiento; y con el tiempo aprendemos que es imporortante retener en tu memoria aquello que te encontraste en tu camino porque haciéndolo también te llenas de vida, esa que ya pasó ante tí. Un corredor de larga distancia ha de saber que a través de sus zancadas puede multiplicar los metros que tiene que atravesar para alcanzar su felicidad y cuando inicia nuevamente la marcha lo hace en busca de su meta; cuando el viaje llega a su termino ha de vaciar su mochila, ya que no necesita nada más que portar.

Mi padre está en la última etapa de su particular vuelta, pese a su fuerte naturaleza y sus viejas aficiones deportivas la decandencia le llegó haciendo de su sofá su mejor amigo. Pocas cosas pretende encontrarse en esta que es su recta final, y sin embargo no hubo más que decirle "Papá tienes que andar todos los días aunque sea unos metros" para que recargase su oxidada batería. Se me ha hecho duro cuando en estos días le he visto avanzar desde casa hasta la esquina y de ahí de vuelta, con su lento progreso ayudado de sus muletas, comprobando su sufrimiento tratando de coger resuello,  él que a sus sesenta y tantos hacía un saco de kilómetros con su bicicleta del alma, aquella con la que llegó a competir con Manzanaque, con la que rodó cerca del gran Bahamontes y que le ayudó a conquistar Linares en aquella memorable carrera dando vueltas en el Paseo de Linarejos sorteando el peligro de los railes del tranvía, que se querían comer sus ruedas. Aquél bonito paseo sigue allí tan esplendoroso, ya sin railes; pude conocer el escenario de tu vieja historia porque de casualidad conocí a la mujer de mi vida y resultó que vivía a unos metros del escenario de tu gran gesta. Papá, se me hace difícil comprobar que poco a poco te me vas, pero también he de decirte que siento un profundo orgullo al comprobar que cada día cuando llegan las 8 de la tarde te levantas de tu reposo y te armas de valor para recorrer esos 200 metros que son para tí tu nuevo gran reto. Quiero que esto se me grabe a fuego y poderlo pensar bien cuando esté corriendo de aquí a unos días entre Madrid y Segovia, quiero recordar entonces cuánto te esfuerzas y cuánto te esforzaste en tu larga vida, para hacer mío tu movimiento y así aunar nuestras fuerzas, que lo mío son 100 kilómetros pero contigo deben hacerse más llevaderos, porque la vida no es más que un camino que recorrer y tengo suerte de que gran parte de él lo estemos haciendo juntos.

8 comentarios :

  1. Vamos!! Gran dedicatoria! Enhorabuena anticipada por tu gesta, cada paso tendrá su recompensa!

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    1. Gracias Juanjo. El año pasado la disfruté y terminé muy satisfecho; está por ver lo de este año, a ver si esta pubalgia me deja al menos correr aunque sea con dolor. Ya os diré qué tal se dio

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  2. Ten en cuenta que a tu Padre se le tiene que hacer eterno esos 200 metros, pero se esfuerza ....cada dia y lo hace, por eso tu tienes que ir con esa fuerza que tu Padre tiene que hacer,asi tendras las fuerza de los dos......Suerte Compañero...

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    1. Muchas gracias Toni espero no defraudarme. Sé que puedo con la distancia porque ya la he superado antes, pero también sé que este año tendré que sufrir. Espero que todo esto me inspire. Un abrazo

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  3. Sentido recuerdo y dedicatoria, los mejores ejemplos los tenemos cerca de nosotros y hemos de ser capaces de reconocerlos y valorarlos en lo que valen. El recuerdo te dará fuerzas.

    Saludos, Emilio Díaz.

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    1. Gracias Emilio. A veces los seres queridos se nos van y no nos damos ni cuenta, y eso ocurre mientras aún están aquí. Cuando ya se han ido es demasiado tarde. Espero que me dé fuerzas, lo voy a necesitar

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  4. Aúpa Javier¡¡
    que emotiva la entrada, bonita dedicatoria para tu progenitor, que por lo que leo de casta le viene al galgo¡¡
    Como bien dice Emilio, a veces los ejemplos los tenemos tan cerca de nosotros que pasan desapercibidos...
    Un abrazo y suerte¡¡

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    1. Gracias Nacho, ¡cuánto tiempo!. No estoy visitando los blogs amigos todo lo que debiera. Por lo que veo tú sigues como siempre, ¡fino fino!. Un abrazo

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