RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 5 de junio de 2015

MARTES 2: DOLORIDOS COMENZAMOS OTRA SEMANA

"Tras esas vicisitudes solemos regresar al camino inicial en un reiniciar constante. Pareciera que estamos programados para repetir una y otra vez errores y aciertos. Por ello nuestra inquietud es movernos por sitios distintos y tratar de no regresar a la casilla de salida"

No fueron muchos kilómetros lo de Alpandeire, pero la carrera fue lo bastante dura como pasar factura muscularmente, especialmente a Mercedes. Afortunadamente no le había dejado secuelas en su cadera y eso era una noticia esperanzadora, como también lo era el hecho de que le hubieran llegado sus plantillas nuevas (sus primeras plantillas). Así que tenía que salir a probarlas. Yo me fui por mi cuenta y por tanto ella por la suya, porque teníamos pretensiones distintas: yo incluir un entreno de calidad tras el descanso del lunes, ella, según lo comentado, mover un poco las piernas y sobre todo sentir cómo conseguía correr con ese añadido ortopédico. 

La gran alegría y disfrute del domingo, con la carrera de mi mujer pronto fue quedando atrás y en mi cabeza giraba constantemente la idea de que a dos meses y medio para Helsinki no me siento preparado para dejarme la piel allí. Sin embargo esto es algo que ya he sentido en otras ocasiones y que llegado el momento de la verdad uno se olvida de todos estos sentimientos y la carrera te pone en el lugar que te corresponde independientemente de lo que pienses o dejes de pensar. Me esforcé por sacar adelante un interval de mediana intensidad por la zona del Peral, eso sí, con bastante anarquía en cuanto a la precisión de los cambios de ritmo, como si fuera más un fartkek que un interval. Las NB 890 v2 definitivamente me han dejado de gustar, ¡quien lo iba a decir!, pero tengo que gastarlas y de vez en cuando las uso para entrenos de intensidad, como era el caso; y como últimamente me pasa no me sentí a gusto con ellas. A pesar de esas sensaciones la sesión no se desarrolló mal, y quizá el mayor inconveniente fue el calor que hacía, que me obligó a hacer una parada técnica en el Peral, para refrescarme bien. Llegué a casa en aproximadamente una hora y sin poder concluir que hubiese sido un buen entreno, ¡pero al menos metí intensidad!

Estaba estirando cuando llegué Merche de su probatura y pronto supe que no se le había dado mal. Sólo había hecho 6 kilómetros y medio bastantes suaves pero la cadera no le había molestado y la última parte se había sentido bien.

Nos íbamos a dar unos días antes de comenzar el definitivo plan hacia Helsinki, previsto su inicio el sábado el 6.

 


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