RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 4 de febrero de 2015

MARTES 3: MI MUJER LUCHA CONTRA LOS ELEMENTOS

Superwoman o cualquier otra superheroina que os suene. No tiene suficiente con su trabajo de 8 horas al que suma llevar y traer a la niña, hacer la comida, llevar la casa, estar detrás de los deberes de nuestros dos vástagos, etc. A eso se le suma querer prepararse una maratón cuando apenas has corrido 5 medias y llevas corriendo tan sólo dos años a medio gas. Esto es más estrés para ella lo que lo convierte en más meritorio si cabe. En el día en el que hace justamente 14 años que nos conocimos precisamente por internet (dos semanas después ya nos conocíamos en persona y justo al año de conocernos nos casábamos, sólo puedo felicitarla por muchas cosas entre ellas todo lo que lleva a sus espaldas. Pues ayer martes hacía viento, ese elemento que tanto odia Mercedes, bueno eso y el frío, ingrediente que también estaba presente en ese guiso. Salimos a realizar unos 10 kilómetros, y pronto noté que volvía a flojear como lo había hecho el domingo pasado, pero volvió a aguantar el chaparrón. Veníamos de la falda del Ángel dirección al Parque Cervantes y el viento en contra se empeño en acabar de machacarla y casi lo consigue. Pasamos por el parque y decidí seguir a casa y no dar vueltas allí porque no estaba el horno para muchos bollos. Asi que algo más de 7 kilómetros que me sirvieron para mover las piernas  y  a ella para ganar otra batalla más de cara a su reto en tierras escandinavas

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