RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 18 de febrero de 2015

LUNES 16: 13 AÑOS DESPUÉS DE CASARME ASÍ ES MI VIDA COMO CORREDOR

Tal día como este lunes pero de hace trece años me casaba en Linares un sábado soleado y lleno de brillo. Fue uno de los días más felices de mi vida y eso que por aquel entonces no corría y apenas hacía deporte. Recuerdo que adelgace unos kiletes hasta quedarme en 70, muchos más que los 60 de ahora, pero con menos arrugas aunque afortunadamente con el mismo pelo. Dos niños y muchas vicisitudes después aquí nos hayamos, con la novedad de que ahora corremos los dos, algo que hubiera sonado a chiste hace tan sólo unos años. Así que el lunes, tras salir del trabajo, me fui a celebrarlo yendo al Cerro del Ángel, lo subí dos veces a buen ritmo y después cogí el circuito de los Cerros de la Aguzadera para regresar a casa tratando de no descuidar mi cadencia. Afortunadamente las molestias del viernes, que habían ido a menos el sábado y que casi habían desaparecido el domingo, ya formaban parte del pasado y pude entrenar como lo hago últimamente, suelto y sin problemas. Terminé bastante contento con mis 12,5 kilómetros hechos en 56 minutos, continuando con la racha de buen ritmo que en muchas de las sesiones estoy teniendo.

Tras esto me estiré bien, me duche y aprovechando que los niños están en Linares nos fuimos los dos a tomarnos unos vinos para celebrar día tan señalado y recordar cuánto han cambiado algunas cosas, que no todas, porque en lo esencial nada ha cambiado.

No hay comentarios :

Publicar un comentario