RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 11 de enero de 2015

SÁBADO 10: DURO DOBLAJE TIRANDO DE VOLUNTAD

Ayer sábado afronté un duro doblaje en un contexto ilusionador. Parece, y no quiero precipitarme, que he dado con la tecla adecuada en relación con las importantes molestias que arrastraba, y desde que me preocupo de la técnica de carrera, tratando de cambiar mis hábitos mientras corro dos han sido las consecuencias: me han dejado de molestar los isquios aunque cueste más correr de esa forma, y segundo he ganado en flexibilidad, o dicho de otro modo, me preocupo de estirar más tiempo y como no me cuesta hacerlo estoy ganándole terreno a esta capacidad. Ello me permitió cerrar una muy interesante semana, pero la que se abre era también fundamental. El sábado aproveché el momento en el que calentaba el solecito, y salí a eso de las 12:30. En el papel tenía que realizar unos 25 minutos de calentamiento, 15 minutos a un ritmo aproximado de 5´el kilómetro, otros 15 a 4´50´´ y otros 15 a 4´40´´, para terminar con un descalentamiento suave. Cogí un circuito de algo más de 15 kilómetros y desde el comienzo me sentí muy suelto, por lo que fui comprobando que el calentamiento iba más rápido de lo normal. No dejé dicho calentamiento hasta el minuto 30´, dándome un margen extra de 5´ y los primeros 15 minutos a, en teoría a 5´ intuyo que fueron más rápidos. Pasé por el punto donde hacía 7 kilómetros en 35´largos, con lo que la media no se iba a más de 5´10´´. La zona del Camino Carretas se hizo más plácida, con el asfalto. Metí una marcha más y no me encontraba mal del todo, pero sí algo incómodo con la postura "Pose".  Llegué a la Vega del Peral cuando ya llevaba 8 kilómetros y unos 400 metros, y comprobé que le había ganado al crono bastantes segundos. Después vinieron las cuestas, y tras ellas la cuesta abajo hacia casa. El peso de los kilómetros se hizo notar y a un kilómetro de casa necesité para cuando llevaba 1 hora y 11 minutos justos, y 14400 metros corridos, a una media de 4´55´´, eso sí, incluido el calentamiento, si lo excluyo y mido desde el kilómetro 7 me sale una media de 4´43´´ con lo que cumplí perfectamente con lo planificado.

Eso sí, cuando llegué a casa estaba bastante cansado, aunque no tenía tensiones musculares. Pude estirar bastante tiempo y noté los efectos de un entreno intenso. Un kilometraje final de 15.400 metros.

Pero ahí no había terminado todo, ya por la noche me fui al parque a ritmo suave y tras dar 3 vueltas, cada vez más cómodo, subí por la Calle Postar, para luego coger la Calle Constitución e ir a casa por la Avenida Gregorio Prieto. Eso fueron otros 45 minutos, y 7 kilómetros y medio, lo que me llevó a acumular casi 23 kilómetros. La sesión vespertina me sirvió para regenerar.


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