RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 8 de agosto de 2014

NUNCA CREÍ QUE LLEGARÍA TAN LEJOS

Nunca creí que llegase hasta donde he llegado. Una buena tarde me puse el viejo pantalón corto y una camiseta de tirantes y me dije, tienes que ser más constante y lograr correr al menos 3 veces por semana, y rebajar esa barriga que tienes. Era verano de 2010 y me era cuestión de ponerse en forma, pero no para bajar el tiempo en un 10.000, ni para correr largas distancias, ni para tener sensaciones increíbles, tan sólo quería salir de ese bucle sedentario en el que me había metido. Desde 2004 llevaba intentando hacer más deporte pero nunca lo conseguía, así que para mi era todo un reto. Terminó el verano y yo seguía corriendo al menos tres veces por semana, y comencé a bajar peso, una cosa llevó a la otra, vinieron las medias maratones de 2011, me piqué conmigo mismo, seguí avanzando, ahora cuatro días a la semana, ahora cinco, ¿por qué no seis?, 75 kgs, 74, 70, podía bajar más, ahora 68..., y en agosto de 2011 pensé en correr una maratón, nada más que una, y comenzó mi aventura maratoniana, decisiva en todo este proceso. En junio de 2012 Javier Ayuso se estrenaba en Estocolmo en la distancia mágica, esa que engancha, y tras esto sólo podía haber esperar más, ya no podía parar; vinieron más maratones: Valencia, Castellón, Roma, y de repente ya era casi un obseso que entrenaba a diario una media de entre 80-100 kilómetros, totalmente dedicado en mi tiempo libre a este bonito vicio, y totalmente escurrido con apenas 60 kilos. Me propusieron 102 kilómetros y yo acepté, como un loco, probé la miel del ultrafondo y se me metió en las venas, a pesar de no lograr terminar esa bonita prueba que fue la Madrid-Segovia. Luego vinieron los sabores amargos en forma de lesiones y maratones sufridas, donde aprendí realmente quién soy y porque hago lo que hago. Pero 2014 ha traído cosas muy importantes: me he echado una tercera novia en el running, además de la maratón y del ultrafondo, la montaña, esta es más pausada, más relajada, menos nerviosa, que entra despacio pero de forma duradera, y me he vuelto a enamorar. Ahora hago cosas que hace cuatro años hubieran sido impensables, como colgarme mi mochila y hacer de un tirón más de 50 kilómetros un sábado de madrugada, y ¡me siento muy bien!, nunca creí que llegaría tan lejos, y es más, nunca creí que Mercedes llegase tan lejos. Además he conocido un montón de gente maravillosa que de no ser por mis locuras hubiera sido difícil que se hubieran cruzado en mi camino ¿qué más se puede pedir?. Para empezar que no me despeñe mañana por los montes de Xátiva.

Un abrazo a tod@s los que me seguís

3 comentarios :

  1. Es que ahí dentro había un gran CORREDOR que le da a todo, con mayúsculas.

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    1. Gracias Miguel, a ti te debo en gran medida el haber conocido la montaña leyendo tus crónicas por tierras extremeñas, con la pasión que pones en tus carreras y también en tus palabras

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  2. No le des mas vueltas Javier, eres un gran corredor, al que le diste una oportunidad, tu tesón y la continuidad han hecho el resto, ¿fácil?, ¡no!, pero el esfuerzo mereció la pena.

    Saludos, Emilio Díaz.

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