RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 23 de mayo de 2014

REFLEXIONES DE UNA MENTE EN UN CUERPO QUE DEJO DE ESTAR TRASPLANTADO

Desde que me meto caña en esto del running no ha sido muy habitual superar los 100 kilómetros en una semana, de hecho quizá lo haya conseguido en no más de una docena de ocasiones. Esta tarde volveré a pasar dicha cifra si nada o nadie lo remedia, ya que llevo 96 kilómetros acumulados desde el sábado de la semana pasada hasta ayer. Sé que es el único medio para meter a mi cuerpo "en cintura", de eso estoy casi seguro;con pocos kilómetros no obtengo mejoras, no me siento bien, y sólo cuando enlazo semanas que se acercan y/o superan los 100 comienzo a disfrutar y a crecer. En cuanto a superar los 110 tan sólo lo conseguí en dos ocasiones: el otoño de 2012 cuando preparaba la Maratón de Valencia, y en enero cuando preparaba la Maratón de Sevilla, dos maratones que me traen infaustos recuerdos. Me costará regresar a esas ciudades incluso cuando mi vuelta no se deba a temas de running. Me da por pensar en los sitios donde he corrido maratones y extraer una valoración de mi motivación hacia ellas:
  1. Estocolmo: sólo tengo buenos recuerdos  y eso a pesar de que el día de la maratón fue un infierno climatológicamente hablando. Regresaría una y mil veces a una ciudad tan bonita, aunque sea para seguir haciendo turismo y poder compartir espacio con gente tan cívica.
  2. Valencia: siento pánico sólo con oir el nombre. Mercedes está empeñada en que tengo que regresar pero es como cuando te sacan sangre y la aguja se atasca, el enfermero la mete, la retuerce, la saca, mientras tú te retuerces de dolor. En el siguiente reconocimiento médico te piensas muy mucho volver a esa clínica e incluso te planteas si hacerte otro reconocimiento. El fatídico kilómetro 39 quedará en mi retina como el lugar donde sufrí los dolores más fuertes en toda mi puñetera vida.
  3. Castellón: regresaría una y mil veces. Castellón = Segunda oportunidad y sólo tengo buen regusto en mis recuerdos. Esa maratón fue especial: viaje relámpago, sin nada que perder y todo para lavar el mal recuerdo de Valencia. También fue la maratón donde pude bajar de 3 horas y no lo hice por no saberla correr, pero volvería a hacer allí una maratón cada diciembre.
  4. Roma: sin lugar a dudas no quiero volver jamás a Roma, ni tan siquiera para hacer turismo. Mis recuerdos son tan perfectos que no quiero mezclarlos con más experiencias en la Ciudad Eterna. Lo siento por mi mujer que seguro que algún día quiere repetir aunque sea para ir de visiteo nada más.
  5. Málaga: esta ciudad evoca a nostalgia y renacimiento. Fue allí donde me hice de otra pasta, con la pierna arrastra y mis 4 horas y 12 minutos. Aprendí lo qué es correr y a dejar mi ego en su sitio. Regresaría a esta ciudad una y mil veces para correr en 3 o en 4 horas o en lo que se tercie.
  6. Sevilla: es igual a fracaso y a dolor. No me apetece volver jamás. Supongo que algún día terminaré haciendo nuevamente la maratón allí pero será cuando me haya curado de tan mala experiencia. Si algún día repito allá lo haré con el cuchillo entre los dientes y con sabor a venganza, aunque prometo reservarme para terminar los últimos 14 kilómetros a todo lo que den mis piernas (lo importante no será el tiempo total si no lo que tarde en realizar esos últimos 14 kilómetros).
 
Dicho esto, tengo que pensar qué maratón correré este otoño. Sé que será aquí en España y por tanto las candidatas son: Barcelona, San Sebastian, Castellón, Valencia o Málaga. Si eligiera finalmente Valencia sería para complacer a Merche y para que finalmente me pudieran ver llegar y echarme una foto, y no para que me vean en una cama en el hospital, como la última vez.

Pero mientras llega otoño tengo entretenta: ya está aquí la Quijote Legend, y no tengo puesta prácticamente ninguna expectativa de rendimiento en dicha prueba. Hace ya demasiados meses que no me siento especial, y cuando digo especial me refiero a que no me siento "trasplantado". Esa fue la sensación que tuve en la primavera de 2013 cuando mis piernas no eran mías, eran de otro que corría más que yo. Ahora, por desgracia, reconozco mi cuerpo, pero por suerte también disfruto con él. No soy tan rápido ni me siento tan fuerte pero soy yo y aquí sigo. En las sierras entre Yeste y Riópar espero sentirme vivo, espero disfrutar y lo demás debería dar un poco igual....no me voy a aburrir, 50 kilómetros de montaña dan para mucho.


4 comentarios :

  1. Espero estar pronto recuperado y poder compartir contigo kilometros y kilometros, haciendote ver que en cualquier sitio nos podemos caer y en cualquier sitio nos podemos levantar, somos nosotros mismos los que obtenemos las sensaciones, es sito es prestado. Por cierto ¿en otoño, Ciudad Real, que te parece?, es un maratón nuestro y diferente, aunque sea mas duro que otros por la soledad, pero ya digo es nuestro.

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    1. Pues Ciudad Real me parece bien, como dices, una maratón nuestra, pero siento miedo de correr tantos kilómetros solo. En cualquier caso, podría tomármelo como un entreno y correr unas semanas después una de las reseñadas. Recupérate pronto que sí que tenemos muchas carreras por delante. Ya mismo estás en la palestra

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  2. Bueno, Javier, nuestros sentimientos los volcamos, asociamos a múltiples objetos, animados o inanimados, reales o virtuales, asociamos lugares, situaciones, en definitiva vivencias, con aquello que experimentamos, y sobretodo con la intensidad de nuestra experiencia, es lo que nos deja huella, por lo que la "calificación", de las ciudades representa aspectos íntimos sobe la forma en que viviste esas experiencia, hasta aquí todo normal, lo anormal es que no quieras volver a Roma, yo volvería todos los años.
    No he decido que Maratón correr en el otoño, es posible que sea Valencia o Málaga, ya veremos.

    Saludos, Emilio Díaz.

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    1. Lo de Roma te juro que me sale del alma. Fue todo tan perfecto, no sólo la maratón, toda nuestra estancia allí, que cuando me esté muriendo quiero poder recordar aquello sin mezclar más recuerdos que aquellos los de 2013. Es difícil de entender pero te aseguro que es visceral. Entre mis candidatas preferidas están Valencia (más por Merche que por mi) y Málaga, que tengo ganas de volver y vivirla de otra forma a como me tocó

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