RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 2 de marzo de 2014

DOMINGO 2: CORRIENDO EN EL PARQUE CON ANTIGUOS AMIGOS DEL EXTENUACIÓN

"No hay mal que 100 años dure ni cuerpo que lo resista". Inteligente dicho el que nos deja el refranero español. A ese añadiría "Todo lo bueno despeina".  Para este último puedo decir que ando perfectamente peinado porque últimamente no toca de lo mejor, y ya anduve perdido entre pelos tan revueltos. Uno ya va teniendo años y sabe que el paso por esta vida está lleno de altibajos y de eso se trata en mi caso: llegaron los buenos momentos y hubo quién me halagó diciéndome que ya pertenecía a otra liga (el tiempo me ha dado la razón demostrando que ni estuve ni estaré en otra liga que no sea la de los populares sacrificados  que saben que corren para disfrutar). Ahora vienen dobladas, y ya desde hace meses. Supongo que la gente se preocupa y busca explicaciones a los males. Yo he aprendido que las cosas buenas y malas siempre pasan por algo, y ese algo es lo que tenemos que analizar constantemente, tanto cuando la cosa funciona como cuando no (no demos por hecho que alguien como yo podía correr tan rápido indefinidamente).

Dicho esto partamos del hecho más importante: me encantan las críticas, sean buenas o malas. Si no las tuviera significaría que la gente no lee mi blog, y eso me entristecería. Hoy corriendo con Javier Araque, su mujer Ana, y Leandro Pintado he obtenido información valiosa, porque escuchar a los demás siempre es un tesoro, y me he llevado a casa una idea interesante del diagnóstico que da el público cercano en el estudio de mi caso.

En cualquier caso he preferido dar mi propia explicación, tratando como siempre de que sea lo más objetiva de lo ocurrido, considerando las opiniones de los demás y despojándome de orgullos y egos:
  1. Bajón desde mayo de 2013: absolutamente normal, tras un pico de forma como el que tuve no había más remedio que pasar el bache, y más si no realizaba un descanso. Para haber conservado dicho estado de forma tendría que haber seguido sometiendo a mi cuerpo a un ritmo de entrenos que hubiera acabado con sobreentrenamiento y/o aumento del estrés mental. Mi descanso consistió en entrenar suave para correr la Madrid-Segovia, la cual disfruté un montón aunque no la terminara. Si de algo no me arrepiento en 2013 es de haber hecho eso.
  2. Retirada en la Madrid-Segovia: terminar una prueba así es totalmente una incógnita y que depende de muchos factores. Creo sinceramente que tenía forma física suficiente para terminarla, y no creo que comenzase demasiado fuerte, como hay quién ha comentado. (Ir a casi 7 minutos el kilómetro no es volar precisamente). Eso sí, si hubiera ido a 9 o 10 minutos el kilómetro habría terminado la prueba, pero ¿habría disfrutado yendo andando durante gran parte de la carrera?, ya os adelanto que no. Así que me quedo con esos 68 kilómetros hechos, de los cuales disfruté verdadera y sinceramente 55 y lo de los calambres a saber se va a la escuela. Tendré la oportunidad este septiembre para comprobar si soy capaz de terminar una prueba tan larga o por el contrario me resulta imposible.
  3. Otoño desastroso con lesión incluida: mi lectura en este caso es clara. Cambio a zapatillas voladoras por ser pretencioso y ambicioso, unido a un estado de forma adaptado a las largas distancias (estaba para que me echaran kilómetros y kilómetros pero no para correr rápido), unido a la obligación de intensificar mis entrenos haciéndolos más rápidos dio como resultado la sobrecarga en los isquios cada vez que me calzaba las Adidas Adizero. Mi error fue intensificar presionándome con Málaga. No corrían los mejores tiempos para mi con tanto estrés laboral y quizá debería haberme tomado las cosas con otra filosofía. De haber salido las cosas bien creo que no habría bajado en Málaga de 3 horas, pero sí habría hecho 3 horas 05-3 horas 10 minutos si las circunstancias hubieran sido otras, pero me rompí y simplemente hice lo que tenía que hacer, terminarla, aunque fuera en más de 4 horas, y si hubiesen sido 5 horas, hubiera sido en 5.
  4. Invierno desangelado: hice lo que sé hacer, entrenar y entrenar, pero suave, porque no quería fastidiarme los isquios nuevamente, y opté por correr mucho pero sin dejarme la piel, y lo conseguí, porque en menos de 2 meses he obtenido un buen estado de forma, lejano al de Roma, eso sí. En Sevilla sabía que no bajaría de las 3 horas y por ello dejé escapar el globo desde el principio, pero me la jugué. Si hubiese ido a por las 03:15 creo que lo habría conseguido. ¿Qué me pasó en Sevilla?, simplemente que fui a un ritmo para el que no estaba preparado, al igual que me pasó en Valencia en 2012. 

¿Y ahora?

Pues ahora creo que sé que puede pasar: lo normal es que me encuentre mejor de forma en este mes y que terminé relativamente satisfecho en las carreras que proyecto, o eso espero. Mi forma mejorará un poco, pero no lograré aquel pico con el trabajo que he realizado. Y para relajarme ¿qué haré después?, correr por la montaña y hacer la Madrid-Segovia, que sé que para algunos de vosotros es una barbaridad, pero yo puedo asegurar que correr una maratón de forma exigida, y sobre todo preparársela, proporciona más estrés que las pruebas de ultra, que son una bendición porque uno se olvida del maldito Garmin y corre simplemente por el placer de correr. Es más, para mi los 10.000 son siempre malos tragos que he de pasar, porque no me siento cómodo yendo tan exigido.

Dicho esto, y esperando que no os haya molestado mi forma de escribir, que ha sido en tono feedback,  paso a comentar como se ha dado la mañana.

Cuando llegué al parque me puse a correr por debajo de 4´ 45´´ aunque no iba demasiado cómodo, debido a que en 6 días desde una maratón  uno no puede encontrarse todo lo bien que quisiera. En estas que me encontré con Ana, Javier y Leandro, que llevaban buen ritmo, y me uní a ellos, disfrutando bastante del entreno, y dando alguna vuelta en 4´24´´ y sin molestias, lo cual me ha hecho sentir bien. Tras unos 8 kilómetros, me he puesto a realizar unas rectas con Javier, saliendo la primera bastante horrible, por estar agarrotado, y mejor las siguientes. Javi con fascitis o sin fascitis corre como los ángeles cuando se pone a estirar zancada y uno no puede más que sentir envidia y quitarse el sombrero ante tanta calidad. ¡Javi, recupérate pronto, crack!


4 comentarios :

  1. Javier, he leído un par de veces tu entrada, ayer anoche y hace un rato; me ha parecido una entrada diferente a las demás, ¿escrita con algo de rabia?; vaya por delante que ni tu ni nadie tiene que justificar su acciones; como dices, "a saber se va a la escuela", pero ya que lo has hecho y seguro que tienes motivos suficientes, he de decirte, que básicamente había llegado a las misma conclusiones, sobre el origen o causas de la lesión y molestias que has padecido desde después de la Madrid-Segovia; algo que no me ha sorprendido, no creo que seas una persona que se auto engañe mas de lo normal. No le des mas vueltas, estas haciendo lo correcto, suponiendo que sea "correcto", preparar y correr un Maratón.


    Un abrazo, Emilio.

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    1. Buenas Emilio, no era rabia, y si malestar conmigo mismo y con mi forma de expresar en mi blog. Todos comentamos de tod@s y cuando no salen las cosas hay que descubrir la razón (y ahí se ha de saber que toda aportación de cualquiera es buena). Me sentía un poco contrariado porque creo que al plasmar todo lo malo que he sentido a través del blog, éste se ha vuelto transmisor de dramas y tragedias, y eso no va conmigo, porque soy un tío optimista, aunque también racional. Estoy deseando poder contar noticias positivas y que se comenten cosas mejores.

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  2. Javier, tiene mucho mérito escribiendo lo que sientes y como te sientes, por lo tanto nada debes de reprocharte, que por otro lado no lo haces, así que adelante y no cambies. Muchas gracias Javier.

    Un abrazo, Emilio.

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