RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 1 de febrero de 2014

¡ESO SI LO LLEVO EN MI MOCHILA!



Vamos a ver qué tengo, abro la mochila y me encuentro....

  1. Inseguridad empaquetada en envase individual. ¡Claro, ya sé donde la compré!, en aquel super en que me querían vender maratones a 02:50, a cambio vinieron los problemas, el estrés, las lesiones y...mi inseguridad empaquetada.
  2. Tres kilos menos que a final de año, van envasados al vacío y no sé si llevan fecha de caducidad: este producto lo vengo consumiendo desde que corro y dice en la etiqueta "59 kilos de tío escuálido". No es que esté muy rico pero tienes que engullirlo para correr sin mirar atrás. !.
  3. A ver en el bolsillo lateral..., me encuentro un sueño pintado en un paquete de pañuelos..., dice "no pares de correr porque cuando lo hagas habrás muerto".
  4. ¡Ah! esta me gusta: un móvil viejo, de no sé cuántos años (nada de smartphones) que cuando le doy a ver mensajes escucho uno de mi mujer en el que me da su apoyo incondicional. Me dice que me quiere y que esto que hago es tremendo, muy sacrificado y que le afecta, pero que a la vez está orgullosa de mi, tanto que ella también comienza a sentir que necesita correr, le entra el mono. La operadora me dice que para borrarlo pulse 3, pero no pienso pulsar ese número.
  5. ¡Un folleto en blanco y negro!. ¿esto qué es?; espera, le doy la vuelta, ¡ah, ya! unas piernas traqueteadas con demasiados esfuerzos acumulados, ¡Jo!, son mis piernas; lo que daría por que tuvieran 20 años menos, pero me han acompañado hasta aquí y conmigo han de seguir un tiempo.
  6. ¿qué hace este pin aquí?. Es de esos de la cara amarilla sonriente, de los años ochenta, ¿y esto?, no recuerdo haber tenido nunca uno. Espera, espera, le doy la vuelta y leo.."somos tus viej@s amig@s, también tu familia y como no todos los nuev@s amig@☺s que has hecho desde que comenzaste a correr. Estamos contigo. No sé si realmente es verdad que se hayan puesto de acuerdo todos para dedicarme eso, pero aunque sea simple publicidad pinera... ¡me gusta este trasnochado pin!.
  7. ¡Ah!, esto que tiento lo reconozco a la primera, ¡mi frontal!, mi compañero del alma, ¡cuántos disgustos me das cuando se acaban las pilas y me dejas casi a oscuras por los caminos de Dios. Nunca hubiera pensado que te iba a utilizar tanto; diría que te tengo cariño y todo. Creo que nos queda camino por recorrer, espero que mucho.
  8. A ver, a ver, esto es una vieja tarjeta postal..., en ella se ve una playa, una barca, Morgan Freeman pintando un nombre en la misma, y aparece Tim Robbins, su amigo del alma, están en su sueño, están en Zihuatanejo, ya no están encarcelados, ya son libres. ¡Me gusta!, allí voy cada vez que corro...

Y ahora pienso...¿qué demonios echo en falta en mi mochila?

  1. No encuentro la luna en una noche de abril, hace buena temperatura, voy corriendo y disfrutando, no enciendo el frontal porque el reflejo es total. ¡Me siento tan bien que inmortalizaría ese momento!. pero no está, ¡aún no es primavera!, así que toca correr con el frio.
  2. Upps, ¿dónde demonios está esa foto en la que estaba yo subido en aquel podium?. Ahh, jope, esa foto no existe, ya decía yo.
  3. ¡Ya lo estoy buscando otra vez!. Siempre se me disipa o se me pierde, ¡dichoso tiempo!, ¿dónde estás?. Si te tuviera siempre conmigo te emplearía en otras cosas mejores: siempre con mi familia y con mis carreras.

¡Va!. Mejor no echo más cosas en falta, ¿y si pienso en que no echo de menos en mi mochila?

  1. No echo de menos esa barriga que me daba tres vueltas, ni esa tele que me hipnotizaba, ni los aburridos sábados por la mañana. Ni comer, comer y comer sin hambre.
  2. Ah, esa sensación de haberlo vivido todo, de estar ya todo visto, ¡esa no la tengo en mi mochila ni quiero volver a saber nada de ella!.
  3. A ver, me cae el agua de la ducha, pero no sabe igual, no he corrido, no estoy cansado, simplemente me estoy aseando y no hay endorfinas actuando, ¡ya casi se me había olvidado esa experiencia tan sosa!.
  4. No tener nada que decir, ese vacío, ..., definitivamente no sé dónde se fue. Ahora estoy siempre como loco contando cosas en este nuestro blog..., ¡claro¿, miro en el forro y ahí está, mi blog, mi querido blog, ¡eso sí lo llevo en la mochila!.



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