RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 24 de agosto de 2013

SÁBADO 24: 33.700 METROS CASI PERFECTOS

Hoy va a ser una jornada maratoniana, nunca mejor dicho, porque por la mañana tocaba tirada larga y por la tarde, casi a la noche, tocará correr un 10.000 con Mercedes en Villanueva de los Infantes. Si sumo distancias espero realizar unos 45 kilómetros. Como todos los días previos a estos largos entrenos, estuve preparando todo para la ocasión. Recé para que el parche aguantara y no se volviera a salir el agua, recé para que mi rodilla no me molestara y por lo demás, eché lo de siempre: barritas, cereales, un botecito con isotónica, móvil, Iphone, gafas, chuleta (con recorrido) y gorra.

A eso de las 08:00 horas salía a la calle a iniciar otra nueva aventura. Esta foto muestra el momento:


Mis nuevas Adidas TR5 Kanadia iban a ser también estrenadas en una distancia larga:


Así que salí todo entusiasta a hacer el mismo circuito realizado hacía justo tres semanas, pero esta vez en sentido contrario para que no fuera tan monótono:


Bastante menos duro, porque donde había una cuesta considerable de más de 2 kilómetros ahora me encontraba con esa misma distancia bajando.

Comencé a correr sin incidencias, pasé por el Parque Amapola, al lado de casa, y de ahí fui hasta el túnel que pasa por debajo de la vía y me lleva a la rotonda de la Carretera que se dirige a Ciudad Real. Pasé por el Tanatorio de los Llanos y pensé: "me pueden esperar aún sentados, tengo mucha guerra que dar":


Llegué al túnel antes mencionado:


Y a la primera rotonda:


El ritmo comenzó a ser muy bueno, después de un primer kilómetro un tanto de toma de contacto. Marqué el segundo kilómetro en 5´40´´ y me sentía suelto, aunque la mochila pesaba, toda llena de agua. Pasé por la rotonda del Polígono Entrecaminos y cogí la vía principal del mencionado polígono que me llevaba a la vía de servicio de la AIV sentido Andalucía. Cada vez mejor, el tercer kilómetro lo hice en 5´25´´, y decidí conservar este ritmo pensando que no tendría problemas de ningún tipo a lo largo del entreno:


Estas fotos son de la zona de la vía de servicio:



Un poco antes del kilómetro 5, me salí de la vía para coger el camino que me llevaría hacia al Oeste hasta el kilómetro 10. 


El nombre del camino mencionado lo tenéis en el cartel de la siguiente foto (Camino de la Fuente del Indio); desconozco el motivo de ese título:


Me sentía tan cómodo que fui marcando algún kilómetro por debajo de 5´20´´ y la media fue bajando rápidamente. Además, la vía estaba lisa y no había pendientes reseñables.




En el kilómetro 8 comí cereales, de forma rápida, y enseguida sentí el efecto positivo (placebo por supuesto). En el 10, la media ya estaba por debajo de 5´30´´, lo cual suponía un buen ritmo. Llegado a este punto cogí el largo carreterín asfaltado que tendría que recorrer durante más de 7 kilómetros dirección Norte-Noroeste...


Aún así no se hizo muy aburrido. En el 12 aproximadamente me topé con un rebaño de ovejas que descansaba en la margen izquierda. Ahí las tenéis, no son piedras aunque lo parezcan:


El carreterín no esta mal, pero yo prefería buscar el margen y pisar zona blanda.


Aquí eché una foto a las bocas de riego. ¿qué hacen regando con este sistema en esta zona?


El ritmo era muy bueno y llegué a bajar la media a 5´27´´. Además, llegaron los dos kilómetros de bajada, como se puede apreciar en la foto: 


Por esta zona había gente cazando y les eché una foto pero no ha salido. La que sí salió es una en forma de autoretrato, que no está mal del todo...

 

Así llegué a la Finca Las Agrupadas, kilómetro 15, cuando llevaba 1 hora 21 minutos de entreno. A lo lejos se veía Sierra Prieta




Y fue entonces cuando al llegar al puente del Río Jabalón me entraron ganas de hacer pis, así que paré unos segundo y procedí. El problema fue que al reanudar me encontré con una muy desagradable sorpresa: ¡la rodilla y sus pinchazos!. El kilómetro 16 al 17 lo hice en 5´50´´ y pasados unos minutos se me fue, como ya había ocurrido la semana pasada, y recuperé el ritmo. En el 17 y medio salí del carreterín para coger un camino hacia el Oeste...de nuevo la sombra se quedaba atrás y dejaba una curiosa estampa.


El episodio de la rodilla había sido finiquitado, aunque no por ello olvidado, y en los siguientes kilómetros fui bastante pendiente de su evolución, aunque de vez en cuando echase fotos. Ya por aquel entonces había vuelto a comer más cereales y una barrita, y de fuerzas y piernas iba genial. Mi sombra así lo atestigua...


En cuanto al ritmo medio seguía por debajo de 5´30´´. Alcancé la Carretera de Ciudad Real cuando llevaba algo más de 20 kilómetros y enseguida cogí el camino que me llevaría hacia el Noreste durante unos 4 kilómetros. Mantenía el ritmo y todo marchaba: llevaba agua, comida, ...; adelanté a un par de ginetes a caballo y les eché un par de fotos pero lamentablemente no han salido, y cuando menos me esperaba en el 23 comenzó a dolerme de nuevo la rodilla, esta vez un dolor menos punzante, pero más "cansino", y me obligó a parar y estirar durante unos segundos. En los siguientes metros el ritmo decayó, en el 24 y medio cogí el camino que me llevaría al Sureste hasta el pueblo, tan sólo quedaban nueve kilómetros pero la rodilla pintaba mal. El kilómetro 25 lo hice en casi 6´, el 26 en 6´01´´, lo mismo en el 27,  el dolor no se iba. Pero a partir del 28 la cosa cambió y desapareció, pude relajarme y coger un poco de ritmo, aunque ya no por debajo de 5´30´´. Alcancé la Carretera de Daimiel y cogí hacia el pueblo en el 30 cuando llevaba 2 horas y 46 minutos. La cosa ya no empeoró ni hubo más incidencias.



Llegué con agua suficiente para refrescarme, pasé por el Parque Cervante y cogí por el Polígono del Vino donde eché una foto al cartel de Felix Solís:


Y trescientos metros más adelante, eché una foto que pasará a la posteridad: a Mostos Internacionales s.a., empresa en la que he estado casi 3 años y medio, y que el 1 de septiembre nos da el finiquito a todos. Suerte que el día 2 comienzo en otra empresa del sector, pero por desgracia está en Manzanares.


Y llegué a casa  haciendo 33.629 metros en 3 horas 7 minutos a una media de 5´35´´. Al llegar he estirado y ni rastro de la rodilla. Muscularmente me encuentro magníficamente, mejor que otros días tras la tirada larga, y las articulaciones (tobillos y tendones de las rodillas) muy bien, no me molestan nada. Creo que se debe a las nuevas zapatillas. Todo hubiera salido perfecto si no hubiera sido por "mi cintilla del alma".


4 comentarios :

  1. ¡Enhorabuena por el entrenamiento y por tu nueva andadura profesional!. Carrera casi perfecta, si no hubiera sido por las quejas de la rodilla.

    Saludos, Emilio.

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    1. Gracias, ya no habrá más carreras tan largas sin parar de correr antes de la Madrid-Segovia. La última será el sábado y en ella quiero entrenar el hecho de andar

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  2. Imagino que al no comentar nada de las zapatillas, se comportaron como cabía esperar, no?.

    Saludos, Emilio.

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    1. Fabulosamente, muy contento. Y no tienen nada que ver con lo de la rodilla, ya que la primera vez fue hace 9 días con las viejas. Son amortiguadas, pero no tanto como para no tener la estabilidad suficiente. Sientes el agarre y en asfalto no van mal. Son menos cómodas que las NB 890, pero cuando te pones a correr con ellas por el campo, te sientes muy protegido

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