RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 26 de mayo de 2013

LA CRÓNICA ESCRITA DE LOS 10.000 METROS POR LA INTEGRACIÓN

Amaneció un día perfecto para correr, soleado, buena temperatura (para mi gusto 10 grados menos hubieran ido mejor) y había nervios por parte de Mercedes; no en vano se lo había tomado muy en serio. Me cuesta acostumbrarme a verla en una disposición similar a la mía a la hora de afrontar las carreras. Dejamos a Inés en casa de mis padres y nos fuimos al Parque Cervantes desde donde iba a darse la salida. Un muy buen ambiente, y casi 200 corredores inscritos, en definitiva, un éxito para una carrera modesta y que tiene tras de sí una una buena causa. Una vez allí, y tras recoger el dorsal, pues lo típico: hablamos con un montón de conocidos, calentamos un pelín y llegada la hora, nos acercamos a la salida. No dio para más, sonó el pistoletazo y: ¡a correr!...

Había que dar dos vueltas a un circuito urbano no exento de cuestecillas, así que había que reservar fuerzas. El primer kilómetro lo pasamos en 5´44´´, ¡muy buen ritmo!, y Mercedes respondíó perfectamente. Mi hermana iba unos metros por delante, pero en las primeras cuestas se nos fue yendo. El segundo kilómetro discurrió a un ritmo peor que el primero, lógicamente, pero en seguida me dí cuenta que Mercedes iba a poder con el reto, a pesar del calor, que siempre hace bajar el rendimiento. Tras las cuestas de la Calle Postas, cogimos la Calle Constitución y luego cogimos el Paseo de la Estación. Allí vi a Mercedes algo tocada, pasada de revoluciones, así que traté de bajar una pizca el ritmo y le transmití varias veces que fuera tranquila y no se agobiara ni por la marca ni por la posición en la que fuésemos en la carrera. Esto pareció surtir efecto y noté como su respiración se normalizaba. Lo peor de esta primera vuelta lo pasó en el repecho hasta llegar a la rotonda de San Marcos, donde emitió un par de quejidos indicativos del mal trago que estaba pasando, pero al coger la Avenida de los Estudiantes, ya cuesta abajo, la cosa mejoró. Nos había ido adelantado algún que otr@ corred@r, pero el ritmo no había decaído y lo estaba haciendo muy bien. Llegamos al parque y mi mujer necesitaba agua, así que cogí dos botellitas y le fue echando con la mano en el cuello, los hombros, las piernas, etc. ¡Tenía que ser aguador personal, además de su liebre y su psicólogo! ¡qué menos que eso!. Llegaron las cuestas otra vez, pero para entonces ya habíamos comenzado a recoger algún que otro "cadáver" y eso animó un montón a Mercedes. Comprobé como afrontaba la parte más dura del recorrido de forma incluso más decidida que en la primera vuelta y en todo momento traté de arengarla para que no pensara en lo que quedaba hasta terminar y sí que me ponía justo delante de ella y le pedía que se concentrase en la cadencia de su zancada, en el ritmo de mis pies, etc, ;¡trucos de un viejo runner!. Llegamos al Paseo de la Estación nuevamente, y sentí que comenzaba a crecerse: habíamos cazado a tres o cuatro corredoras y llevábamos cerca a otras dos. Mis esfuerzos se volcaron en convencerla de que podíamos pillarlas, y ella, que ciertamente iba al 100% tuvo que hacer un esfuerzo extra para conseguirlo: lo hizo en la cuesta justo antes de San Marcos, en una parte bastante dura, y ya cuesta abajo incrementó el ritmo: ¡tan sólo quedaba 1 kilómetro y medio!. Para nuestra sorpresa comprobamos cómo estábamos pillando a mi hermana, y cuando lo hicimos traté de animar a Mari Carmen para que nos acompañara. Una vez llegados al parque, Mercedes no sabía que todavía tenía que dar casi una vuelta completa al recinto, y cuando se dio cuenta de tal circunstancia se me vino un poco abajo; pero yo no dejé que el ritmo decayera, así que le pedí que se concentrara en la zancada y no pensara en que estábamos terminando. Mi hermana, que se había quedado un poco, volvió a recuperar terreno, y justo a unos 400 metros de la meta cazamos a dos runners, uno de ellos iba muy justo. Giramos a la derecha, justo en la recta final y "la Merche" se creció incrementando el ritmo y cruzó la meta como hay que hacerlo: con una sonrisa en la cara pero habiéndolo dado todo. El crono: 1 hora justa, había cumplido el objetivo. Mi Garmin marcó 10.150 metros, por lo que había ido a una media por debajo de 6´el kilómetro. ¡Mi mujer es una auténtica crack!. Una vez terminada la prueba no le dejé que se sentara, y la insté a que estirase para que su maltrecha rodilla no le diera luego "la vara", pero la verdad es que esto no ocurrió.

Felicitar a otra que no es menos que Mercedes, mi hermana. ¡Menudo pundonor!. Se quedó primera en su categoría y a buen seguro que eso le habrá hecho mucha ilusión.

Tras la carrera, y los pertinentes estiramientos, fui a casa de mis padres y volví con Inés y con sus abuelos, para tomarnos un buen plato de paella y charlar con los amigos y conocidos.

Conclusión, mucha satisfacción: ¡mi mujer cumplió su objetivo!, y creo que se ha acabado de enganchar a esto y encima hemos pasado un muy buen día con los familiares y amigos. ¿Qué más se puede pedir?. A Jorge nos hizo de fotógrafo, igual se acaba haciendo profesional de la fotografía.

En cuanto pueda os saco la crónica en imágenes.

Gracias por seguirnos...


6 comentarios :

  1. ¡Enhorabuena! Ya tienes un montón de fotos en nuestro blog.¡Nos vemos!

    ResponderEliminar
  2. Gracias, me las acabo de descargar y ya he realizado la crónica en imágenes cogiendo muchas de las vuestras

    Saludos

    ResponderEliminar
  3. ¡Enhorabuena! a Merche, objetivo currado y conseguido, con tu inapreciable ayuda. Tienes un buena pupila, pronto te hace sombra :-).

    Saludos, Emilio.

    ResponderEliminar
  4. Gracias Emilio,

    Y que lo digas, está progresando mucho. Luego me cuentas qué tal se dio tu carrera

    ResponderEliminar
  5. Mi carrera muy bien (publicada en el blog), cumplí con el plan previsto, prácticamente clave los tiempos en los tramos que me iba cantando el Garmin. La subida desde el Santiago Bernabéu hasta la Plaza de Castilla, son 2 km de subida, suave pero subida, bajar Bravo Murillo fue duro por mantener los 4:20 durante 5 km, lo conseguí!, hice 4:18, y al acercarme a la meta, era como volver a casa, cruzamos las instalaciones del Canal, donde entreno, ¡estábamos en casa!. Llegue cansado, nunca había corrido tanto tiempo a dicha velocidad, el Garmin marco 4:26 min/km, oficialmente 4:28, 44:41 tiempo final, puesto 80 de 400 dentro de mi categoría, para estar satisfecho.

    Si tienes tiempo entra en el enlace de la prueba registrada y publicada en la web de Garmin, dime que te pareció el planteamiento y su desarrollo, ¿como lo hubieras planteado Tu?.


    Saludos. Emilio

    ResponderEliminar
  6. Me equivoque, puesto 89 de 400, VetD.

    Saludos. Emilio.

    ResponderEliminar