RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 3 de febrero de 2013

SÁBADO 2: ERA CUESTIÓN DE SOLTAR LAS PIERNAS



Llegamos el viernes por la noche a Torremolinos, con el tiempo necesario para encontrarnos allí con la otra gente del Pozo Norte y reunirnos todos para cenar. Tras esto, un cafecito, algo de charla, y a descansar. Madrugamos mi mujer y yo con la intención de corretear un poquillo por la playa. En mi planing tenía puesto 10 kilómetros, pero no tenía mucha motivación para hacer tanto. El caso era que había un viento racheado de narices que era superdesagradable. Tanto que antes de comenzar a correr regresé al hotel para echarme más ropa encima. Corrimos muy muy suave por el paseo marítimo y cuando llevábamos tres kilómetros más o menos nos dimos la vuelta. En seguida comenzó a dolerle la rodilla a mi mujer y la vuelta se hizo un tanto fastidiada por ello. Seiscientos metros antes de llegar al hotel una cuesta con una pendiente media de por lo menos el 8% que quitaba las ganas de correr al día siguiente, porque pasaríamos por allí justo haciendo el último kilómetro de la media. Y digo yo, ¿quién sería el "mala follá" al que se le ocurrió colocar eso ahí justo en el último kilómetro. En este tramo mi mujer tuvo que parar y subir andando y yo iba trotando más suave aún que antes. Finalmente 6,2 kilómetros y unos 50 minutos. Tras el desayuno subimos a la última planta del hotel donde había una piscina climatizada y mientras los niños se bañaban yo me puse a hacer bicicleta en un espacio muy majo donde había algunas máquinas de fitness. Me marqué 10 kilómetros pedaleando que supusieron otros 25 minutos de actividad que a la larga me sentaría muy bien. Después hice algo de cinta, que no resultaba tan agradable porque había que golpear el suelo, que es como correr. Por tanto, entre pitos y flautas, consideré que podía dar por bueno el entreno planificado para este día, tras haber quemado unas 250 calorías extras añadidas a la pequeña salida de la primera hora de la mañana.

Por otra parte no hacía más que pensar en el domingo, porque no me veía con muchas ganas de afrontar una media.

No hay comentarios :

Publicar un comentario