RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 13 de enero de 2013

SÁBADO 12: LOS 27 KILÓMETROS

No quise madrugar porque en esta época del año se corre mejor cuando avanza un poco la mañana. Por lo menos esa es mi opinión. Salí a eso de las 11:30 con un circuito preparado de 27 kilómetros y con un catarro de narices, nunca mejor dicho. Lo peor del mismo no son las mucosidades, sino la flojera que tengo. Por ello comencé suave olvidándome del Garmin, el cual dejé en casa adrede. Me fui por la vía de servicio de la AIV sentido norte hasta desviar por un camino hacia el Este, un poco antes de llegar al cambio de sentido del Hotel El Hidalgo. El ritmo era ligeramente más rápido de los 5´, calculo que 4´45´´. Cuando llevaba unos 7 kilómetros y tras continuar hacia el este, me entró un malestar en forma de mareo que no me sentó nada bien, pero no había más remedio que continuar. Cogí un camino sentido noreste y las sensaciones mejoraron un poco. Llegué al carreterín que une la Carretera de La Solana con la gasolinera Shell de la Autovía AIV y me dirigí hacia el Peral; en la cuesta que hay un par de kilómetros antes de la carretera me encontré muy regular y pensé que si me encontrase en esos momentos en una maratón tendría serios problemas. Llegué al Peral y la cosa no mejoró mucho, máxime cuando tuve que subir las cuestecillas por el camino que me llevaba a la Carretera de San Carlos del Valle. Al llegar a dicha carretera, la cual atravesé, la cosa comenzó a mejorar, en parte porque la pendiente era más benévola y hasta que llegué al camino que lleva a las canteras me encontré mucho mejor y apreté un poco. En el camino de las canteras, con las continuas subidas y bajadas y el viento en contra, que era lo que me faltaba, la cosa se puso muy feita y sufrí bastante hasta que llegué a la Carretera de San Carlos del Valle, cuando ya llevaba casi 22 kilómetros. En todo el recorrido, de lo único que iba medianamente bien era de piernas, lo cual me indicaba que el problema no era más que mi resfriado. En la carretera ya hacia casa la cosa mejoró y ya lo pude llevar medianamente bien hasta que terminé. Finalmente me faltó una pizca, unos metros para los 27 kilómetros e hice 2 horas y 11 minutos justos, lo cual me supone una media de algo más de 4´50´´, que visto lo visto no está mal. Ahora mismo tendría que haber salido para realizar la sesión del domingo, pero estoy tan cansado y me encuentro tan regular que lo he pospuesto para esta tarde. Parece que la semana va a ser durilla

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