RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 8 de enero de 2013

LUNES 7: BUSCÁNDOME EN LOS CAMINOS

Eso hice ayer, buscarme por los caminos. Creo que me voy encontrando y soy optimista. Ha sido mucho y muy intenso lo vivido en los últimos meses y no dar tregua a tu cabeza y a tu cuerpo supone pagar peaje. Es imposible pretender que uno se encuentre como una rosa después de tanta batalla, pero desde luego, con perseverancia he ido consiguiendo que poco a poco vuelva a disfrutar de algunos entrenos. Ese fue el caso de ayer, que salí a hacer una tiradilla la cual tenía que rematar con unas seriecillas en cuesta al pie del Ángel. Me fui por el camino que oblicuo que lleva dirección norte y que discurre casi paralelo a la vía de servicio de la AIV sentido Madrid. Regresé por dicha vía ya sentido Andalucía y llegué al pie del cerro del Ángel e incluso seguí bajando hasta el punto donde comenzaría las series. Había hecho 54 minutillos a un ritmo alegre y bastante a gusto, de ahí que en el título de la entrada pusiera "buscándome por los caminos". Eso describe este momento, el de encontrar de nuevo las sensaciones, justo ahora que la carga de trabajo está aumentando mucho. Lo mejor del entreno, en cualquier caso, fueron las series de 425 metros en cuesta, ya que me sentí fuerte y suelto, quizá peor era cuando regresaba al trotecillo, ya que sentía cierta pesadez de piernas, que desaparecía cuando imprimía ritmo al hacer la serie. Sólo fueron cuatro, pero me sentaron bien. Después de esto, volví a casa descalentando pero a un ritmo también alegre, y me salieron casi 16 kilómetros totales y 84 minutos de sesión.

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