RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 1 de enero de 2013

LUNES 31: CERRANDO EL AÑO CON DOBLE SESIÓN

Madrugamos mi mujer y yo con la idea de irnos a correr bien temprano antes de que los peques se despertaran. En la zona donde estábamos casi todas las fincas son privadas, básicamente dehesas, por lo que los caminos están cortados en su mayoría. Nos aconsejaron un camino que llevaba al Parque Nacional de Monfragüe, así que allí fuimos por él supercontentos por las vistas. El caso es que en seguida el camino comenzó a ser intransitable por las piedras más que por el barro, que también, así que a veces íbamos medio caminando. Cuando apenas llevábamos dos kilómetros nos metimos en una zona de sierra, estribaciones del parque, y las cuestas eran considerables. Al poco rato llegamos al "Puente Viejo", en teoría destino final del viaje, y me sorprendió que estuviera tan cerca. Por ello, lo atravesamos y subimos la sierra que había detrás, no sin dificultades, ya que parecía más ruta de senderismo que un entreno de running. Al llegar a la cima bajamos por un corredor lleno de huellas y cacas de toro, y es que un kilómetro antes habíamos visto un montón de astados pastando en una finca. Para colmo, y unido al miedo de que aparecieran un montón de morlacos con ganas de embestirnos, el terreno estaba empatanado, por lo cual decidimos dar media vuelta, volver a subir la sierra, bajarla, cruzar el puente y para el hotel. Al final hicimos unos 55 minutos para no más de 6 kilómetros; eso da idea del ritmo y de que se trató más de un entreno de senderismo que de otra cosa. Por la tarde, tenía ganas de correr y despedir de esta forma el año, así que me volví a poner la ropa y me fui a buscar sendas, lo cual me costó, porque como dije antes, casi todo acababa estando vallado. Fui por las estribaciones del pueblo, Torrejón el Rubio, también lo callejeé, tiré por una carretera, volví por una vía pecuaria, y en definitiva disfruté de una buena sesión, sin dolor ni molestia alguna. Llegué al hotel tras 50 minutos, a un ritmo aproximado de 5´15´´ y buenas sensaciones.

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