RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 22 de diciembre de 2012

21,9 KILÓMETROS MÁS DUROS QUE LA MARATÓN DE CASTELLÓN

Los misterios del cuerpo y de la mente... En Castellón disfruté 38 kilómetros y padecí los otros cuatro y hoy, en una tirada larga sin importancia y más suave no me he encontrado en ningún momento y hasta me ha costado terminarla. Me he ido por el carreterín que lleva desde el polígono a la carretera de Daimiel, he cogido ésta hasta el kilómetro 28.8 y allí he cogido un camino a la derecha que me llevaba a la gasolinera Shell del kilómetro 91 de la AIV. Una vez allí, de vuelta a casa por la vía de servicio de la autovía. Ha habido algún momento en el que las molestias musculares de las piernas se llevaban mal, y otros momentos en los que iba algo mejor, sin molestias pero sin soltura. Es el peaje que tengo que pagar por los esfuerzos de todos estos meses, y en especial por los esfuerzos de noviembre y diciembre. Estoy seguro que me costará coger la forma de cara a Roma. En cuanto a los dolores musculares no me preocupan, están en el guión, y afortunadamente no me están molestando las articulaciones. Al final, 1 hora 44 para 21,9 kilómetros, a 4´47´´ el kilómetro, aproximadamente.

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