RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 12 de octubre de 2012

NOVENA SEMANA DEL PLAN ESPECÍFICO PARA LA MARATÓN DE VALENCIA

Bueno, otra semana menos, y esta vez me he quitado de en medio la más dura. Obviamente, nuevo récord semanal de kilometraje, 112,3 kilómetros en esta ocasión. Nunca llegué que mis piernas pudieran con esta carga, pero así ha sido. La semana ha estado marcada por el cansancio acumulado por la Media Maratón de Alcázar de San Juan del pasado domingo. Han habido un par de entrenos en el que el cuerpo me pedía descanso, pero sin embargo no me dolía nada en especial, tan sólo era cansancio. Comenzó la semana con el sábado, preámbulo a la media, y decidí salir a hacer algo más de una hora pero muy suave. Finalmente me salieron 64´pero para sólo 10 kilometrillos. La anécdota desagradable fue comprobar como al hacer pis en casa volví a orinar sangre, y se me quedó cara de tonto. Por un momento me pensé lo de competir al día siguiente, pero al final hice pelillos a la mar. El domingo de la Media de Alcázar acabo siendo uno de los días más felices desde que llevo este blog. Casi me salió la carrera perfecta, sin pasarlo mal en ningún momento, al ritmo objetivo que venía persiguiendo hace mucho tiempo, sin venirme abajo y sin avituallar. Al final 1 hora 25 minutos mejorando mi mejor crono en casi 3 minutos, y quitándome el mal sabor de boca de la Media de Puertollano en la que no me encontré en ningún momento. Por la tarde del domingo hice hasta un descalentamiento muy muy lento para soltar las piernas y me encontraba bastante bien físicamente pero al llegar el lunes me encontraba cansado; aún así salí a correr según el plan establecido pensando que lo peor de estas 14 semanas se está ya terminando. El lunes, como digo, me tocó sufrir, y muy de noche, con el foquillo. Hice unos 12 kilómetros e invertí casi 70 minutos, pero sobre todo en la primera media hora me sentía como cuando uno comienza a correr sin estar en forma, que las piernas no fluyen. El martes me preocupaba, porque tocaban series. Calenté todo lo mejor que pude, 27 minutos, y hasta me dolía la cabeza, quizá el cuerpo me estaba diciendo con ello que no le apetecía otra tralla, pero hubo tralla. Tras 27 minutos calentando hice 12 *1000 recuperando al trote en 200 metros muy muy suave. Como lo hice en la pista, todo se hizo muy mecánico: 2 vueltas y media a 4´15´´ y media vuelta en 1´45´´, completando 3 vueltas en 6´exactos y repitiendo este ciclo doce veces. La verdad es que el entreno se fue haciendo cada vez menos desagradable conforme fue avanzando, y al final no podemos decir que me lo pasara bien pero al menos no fue un suplicio, aunque las piernas pesaban lo suyo en el descalentamiento. El miércoles estaba castigado a no descansar, porque de hacerlo no me cuadrarían los kilómetros (y todo por haber hecho menos kilómetros en el finde debido a la competición del domingo y el relax del sábado). El cuerpo se volvió a quejar en forma de "no me apetece para nada que me vuelvas a sacar a pasear". En esta ocasión tenía 60´ de carrera en progresión y costó, vaya si costó, porque sentía auténtica inapetencia por dar zancadas. Este entreno, además fue por la noche y sabía que unas pocas horas después tendría que volver a salir, esta vez de madrugada, ya que el jueves no podía salir por la tarde por temas familiares. Sin embargo, parece que a esas alturas el cuerpo ya se había resignado a mi obcecación y doblegado a mis intenciones y curiosamente desde el comienzo del entreno comencé a disfrutar. Hice 37´de carrera continua y series largas en cuesta, de 425 metros recuperando al trote. En el descalentamiento el cuerpo me pedía marcha, pero yo no se la dí. Y para rematar la faena quedaba el viernes, que normalmente suele ser relajado de cara a la tirada larga de los sábados, primer día de la nueva semana; sin embargo en esta ocasión el viernes iba a suponer otro pequeño machaque ya que no planeo tirada larga para el sábado. Eso sí, el viernes fue totalmente distinto e interesante: salida a Puertollano a rodar en compañía de los del Pozo Norte. Casi 20 kilómetros por caminos con paisajes bonitos. El cuerpo no se ha quejado y he ido más o menos bien, pero me consta de que cuando le de cierto break me lo va a agradecer. Aprovecho desde aquí para saludar a mis compis de tirada.

En cuanto a la tabla, os la dejo pegada:






Y esto comienza a verse de otra forma. He llegado a lo peor del plan y lo he pasado lo mejor que he podido. La semana entrante es ya de menos kilómetros y de aquí al final, 5 semanas en total, íré bajando la carga de kilómetros, haciendo series más cortas y más rápidas, metiendo interval menos exigente pero más rápido, tiradas no tan largas, y cuestas cortas. Pero en teoría todo debería ser ya más fácil.


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