RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 7 de octubre de 2012

CRÓNICA DE LA MEDIA MARATÓN DE ALCÁZAR DE SAN JUAN














Recién llegados del viaje, os dejo la crónica, aún sin fotos, de lo que ha sido la jornada de hoy. Madrugón levantándonos a eso de las 07:00 horas todos, incluidos los niños. Preparé el "petate" con todo lo necesario y tras una noche en la que he dormido como un lirón, algo me decía que hoy el día iba a ser propicio. Además, las piernas me bullían pidiéndome guerra y esa sensación a veces no engaña. El viaje ha sido bueno, hemos llegado a las 08:45, hemos buscado a Marisol, del Pozo Norte, la cual me ha dado la nueva equipación del club y también el chandal. Me lo he probado y tras comprobar que todo estaba ok, me he dispuesto a calentar. Esta vez ha sido breve el calentamiento, y han primado más los estiramientos que otra cosa. Cuando menos me esperaba ha llegado el momento de competir. Ha sonado la pistola y por mi mente han pasado viejos fantasmas provenientes de la misma media del año pasado, que fue un auténtico suplicio. Los primeros kilómetros han comenzado con gran comodidad, y en seguida me he instalado en un ritmo cercano a 4´. No llevaba Garmin, lo cual he acabado agradeciendo, porque no me he estresado con los pitidos y con los ritmos. Cuando en el kilómetro 3 hemos llegado a la cuesta abajo, mi compañero circunstancial, otro runner del Pozo Norte, me ha comentado que íbamos a 3´50´´ pero yo no lo notaba, iba muy bien de pulsaciones y de respiración. Al pasar por los 5 primeros kilómetros he saludado a mi mujer y a los niños y he pensado que todo iba a salir muy bien hoy. Han ido pasando los kilómetros y durante todo el tiempo he ido ganando posiciones y casi siempre al mismo ritmo, cercano, de media a los 4´. No me podía creer lo cómodo que iba. En el kilómetro 10 marcaba 40´20´´ en lo que era la segunda mejor marca hecha en un 10.000 metros, y 50´´ más lenta que mis 10 kilómeros de Piedrabuena, mi marca personal. He pasado por el bullicio del final de la primera vuelta y he saludado de nuevo a los míos y he tratado de sacar mi mejor sonrisa para transmitirles optimismo. En el 12-13, sin bajar el ritmo, he notado un leve bache, en el cual me ha costado mantener el ritmo, porque hasta entonces no me estaba costando, pero cuando hemos vuelto a la cuesta abajo me he dado cuenta de nuevo que me revolucionaba y venían buenas sensaciones. El kilómetro 15 lo pasaba en 59´52´´ lo cual era mi mejor marca de 15 kilómetros, por debajo de 4´de media. Los últimos 6 kilómetros han sido de transición, cómodos, con las piernas algo más cansadas, pero sin pasarlo mal, y me sorprendía como han ido avanzando los metros hasta verme en el último kilómetro con fuerzas. Sabía que mi marca en la media iba a ser pulverizada por bastante, e iba muy contento. El último kilómetro ha sido un constante pensar que pasaría si estuviera en una maratón y me quedara la otra mitad y la verdad es que este pensamiento no me agobiaba lo que demostraba que aún tenía fuerzas. En la recta final he tratado de alcanzar a una runner que se iba a clasificar como segunda femina, primera en su categoría, pero ella también ha apretado y ha resultado imposible. Al cruzar la meta, cero mareos, cero dolores, podía andar, podía correr, podía reir y he dedicado mi más amplia sonrisa a mi mujer y a los niños.

He estirado, he bebido (durante la carrera no he probado el agua), he comido un par de mandarinas, he charlado con runners del Extenuación, he charlado con gente del Pozo Norte y he comprobado cuan diferente ha resultado ser la historia comparada con la del año anterior. Tras la ducha pertinente hemos comido lo que nos han ofrecido los de la organización (un diez a la misma), paella y caldereta, que por cierto estaban de muerte. Después nos hemos ido al centro del pueblo a comer unos pasteles y un café, que me han sentado también genial y finalmente hemos ido a Campo de Criptana a echarnos unas fotos en los molinos.

Por cierto, para redondear las buenas noticias, he hecho un par de veces pis, y nada de sangre, era pis y nada más.

Se me ha olvidado lo mejor, mi tiempo: 1 hora 25 minutos 7 segundos. Todavía no me lo creo.

Creo que estoy o que sigo en el buen camino.

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