Menos de 9 horas después de haber terminado el anterior entrenamiento me levanté de noche y me dirigí al Angel por la parte que sube campo a través. Me disponía a realizar tres subidas y volver, pero haciendo la primera hoy ladridos y cada vez más cerca, hasta que me sorprendió un perro grandísimo que se iba acercando a cada ladrido que daba. A la bajada me lo volví a encontrar, pero no acaba de acercarse del todo. En la segunda más de lo mismo y me acobardé un poco de forma que al llegar arriba decidí cortar, bajando por la carretera y volviendo a casa. Pensé que no podría correr la maratón con una sola pierna (capaz hubiese sido de comérmela).
Tiempo total 45 minutos y sensaciones buenas, pero hubieran podido ser mejores si no hubiese sido por el protagonista accidental
RELATOS
Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.
sábado, 24 de septiembre de 2011
Y UNAS HORAS DESPUÉS MADRUGADA DE "PERROS"
Publicado por
JAVIER AYUSO
en
11:57

Enviar por correo electrónico
Escribe un blog
Compartir en X
Compartir con Facebook
Compartir en Pinterest
Etiquetas:
ENTRENAMIENTOS
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario