RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 24 de agosto de 2018

LA CRÓNICA DEL CROSS DE CÁSTULO: MERCHE ES PROFETA EN SU TIERRA

Tras el trail de Cueva Cabrera, en La Guardía, Jaén, la rodilla de Mercedes quedó un poco tocada, y apuro plazos para estar bien dos semanas después en una competición que no podía rehusar correr: el Cross de Cástulo, en Linares, su localidad. El hecho de ser una carrera corta, suponía un inconveniente y una ventaja a la vez; inconveniente por no estar acostumbrada a correr crosses y en tan cortas distancias, ventaja por el devenir de los últimas semanas en las que había machacado bastante su cuerpo, y al ser una competición menor no debería traer males mayores.

Así que el viernes 8 fuimos los cuatro a Linares. Ese fin de semana lo aproveché bien porque el sábado me fuí con Jesús Úbeda, uno de los miembros de mi grupo andaluz de montaña, a Despeñaperros, donde hicimos una tirada bien larga y bonita, y el domingo amanecimos con una de esas mañanas competitivas, pero para ella. Fuimos a Cástulo (poblado íbero que dista a unos 7 kilómetros de Linares y que fue lugar de residencia de Anibal y de su esposa Himilce) y al llegar ya se respiraba el ambiente de carreras. Charlamos un rato con Víctor del Club de Montaña de Linares, y con alguna corredora manchega, Mercedes calentó un rato y sin más se fue a línea de salida con bastantes dudas por su rendimiento.

Yo como mero espectador he de decir que no sentí envidia alguna, nada que ver con la sentida en Ronda, y es que eso de los crosses hoy por hoy no me atraen mucho. Sonó el pistoletazo y Merche salió como un tiro para cubrir el duro trazado de constantes subidas y bajadas y yo subí camino arriba buscando un sitio donde verla pasar, pero no, me tuve que dar media vuelta al comprobar que volvían a pasar muy cerca del lugar de salida. Enseguida aparecieron los primeros clasificados y ya no tuve nada más que contar cuantas mujeres pasaban. Me impacientaba un poco al ver que Merche no llegaba hasta que la vi aparecer allá abajo acometiendo la cuesta. A su paso la arengué lo que pude y me fui al arco de meta para ver su llegada, pero apenas me dio tiempo a pararme ya que los primeros clasificados de la prueba hacían ya acto de presencia. Finalmente me quedé tranquilo al ver aparece a Merche y comprobar que bajaba entera por el camino hasta la recta final. Paró el crono en 45 minutos y 40 segundos a una media de 5´40´´, pero es que era un recorrido bastante duro por la altimetría y por el terreno. Al final satisfecha porque la rodilla le había dejado correr y sobre todo por ser primera clasificada de la categoría +45, sacándole 4 minutos a la segunda.

Pero además, hubo más movimiento, ya que al llegar a casa de mis suegros, me puse las zapas y ella me acompañó haciendo un auténtico y estupendo doblaje sumando otros 10 kilómetros a los del calentamiento más el cross. Esos días habían sido buenos para mi, pero bien sabía que lo que venía en junio iba a impedirme mantener la forma, debido a mi viaje a Chile y al inicio del calor, sumado al inicio de un curso a impartir desde la tercera semana de junio hasta mediados de agosto.

Enhorabuenas diferidas para mi mujer, ¡toda una crack!








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