La segunda semana de este nuevo año ha supuesto la continuidad en mi empecinamiento de ponerme en órbita, máxime de cara a lo que se me viene encima: la Maratón de Montaña de Cuenca a disputarse en la tercera semana de marzo. Puedo sacar una lectura positiva de lo acontecido en estos días, todavía expuestos a las malas costumbres navideñas, como por ejemplo el roscón de Reyes. El caso es que he vuelto a saltar de los 90 kilómetros, y no he descansado ni un sólo día, continuando con la racha de días seguidos de entrenos.
Este es el resumen:
- Sábado 5 de enero: salía con Miguel Ángel, del Club de Montaña de Linares, club al que ahora pertenecemos Merche y yo, a correr en una fría mañana por Despeñaperros. 24,5 kilómetros un poco ensombrecidos por las molestias en mi pierna izquierda, pero que en líneas generales fueron positivos.
- Domingo 6 de enero: en un entreno matutino algo desmotivante al principio, hice una tirada larga con subida a los molinos eólicos del Peral incluída. 19,5 kilómetros bien empleados y con buen regusto. La pierna fue a mejor.
- Lunes 7 de enero: sesión de gimnasio en bici de forma intensiva que me llevaron a realizar 11 kilómetros, unido a una buena sesión de fortalecimiento del core, donde me estoy centrando últimamente.
- Martes 8 de enero: hice un entreno nocturno con constantes subidas por sendas al Cerro del Ángel. Fue sin duda un gran entreno en el que me sentí con las piernas empoderadas. 10,5 kilómetros.
- Miércoles 9 de enero: llegaba la ola de frío y con ella los entreno en el gimnasio. Tocó un entreno combinado de elíptica y bici, 10,5 kilómetros. También fortalecimiento del core.
- Jueves 10 de enero: de nuevo al gimnasio, con 10 kilómetros en el bici, y sesión de core.
- Viernes 11 de enero: rematé una breve sesión, debido al viaje a Linares que teníamos. Sólo 6 kilómetros de bici con carga y unos pocos abdominales.
TOTAL: 91 kilómetros y 14 sesiones seguidas sin descanso. Comienzo a ver brotes verdes entre lo quemado.
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