El domingo fue muy duro, todo el santo día viajando. Menosmal que el día siguiente tenía vacaciones. Las piernas estaban muy bien, fuertes y sin molestias, la uña iba mejorando y los pies se me hincharon un poco y estaban algo acartonados pero nada muy reseñable. Tras el domingo y lunes de descanso, decidí salir a correr el martes tras la jornada de trabajo. Me enfundé la NB viejas y me fui corriendo al parque, sintiendo al principio una sensación rara, no de agarrotamiento, y sí como de trasplante. Como si me hubieran trasplantado todo mi cuerpo y no me perteneciera, porque no lo sentía mío.
Sin embargo no me dolía nada. Una vez que llegué al parque me encontré con mucha gente que me preguntaba y me daba la enhorabuena. Me puse a correr con el presi, Joaquín, y con Julián, y el tema de conversación estaba claro, la maratón. Me sorprendí cuando ví en el reloj que llevaba 43 minutos corriendo, así que me fui para casa, y bajé un poco el pistón. Finalmente 50 minutillos de carrera continua.
Estiré y ya está, sigo siendo corredor.
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