Decidí no madrugar, porque me estaba viniendo un proceso vírico, lo que me faltaba, y estaba sin fuerzas, así que, teniendo en cuenta mi dolor de piernas me tomé el martes de descanso. Ese mismo día decidí dos cosas: tomarme lo que queda de año con más calma sin plantearme objetivos concretos y segundo, no dejar de correr, sea como sea
RELATOS
Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.
domingo, 13 de octubre de 2013
MARTES 8: DESCANSO OBLIGADO
Publicado por
JAVIER AYUSO
en
17:30
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Etiquetas:
ENTRENAMIENTOS
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