Decidí no madrugar, porque me estaba viniendo un proceso vírico, lo que me faltaba, y estaba sin fuerzas, así que, teniendo en cuenta mi dolor de piernas me tomé el martes de descanso. Ese mismo día decidí dos cosas: tomarme lo que queda de año con más calma sin plantearme objetivos concretos y segundo, no dejar de correr, sea como sea
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