Me levanté con pocas ganas de correr, pero no cabía pensárselo. Me fui al Cerro del Ángel y allí subí por la carretera hasta lo más alto, luego bajé campo a través por el camino que últimamente utilizo, tras esto subí por el mismo camino por el que había descendido, volví a bajar y luego a subir por la carretera. ¡Estoy seguro que ya os he líado!. Resumiendo, estuve 35´subiendo alternativamente por la carretera con una pendiente del 9% y por el camino, con una pendiente del 17%, con la ventaja de que las bajadas no daban para mucho, por lo que el 70% del tiempo era en cuesta. Eso provocó que cuando regresé a casa tuviera las piernas un poco cargadas, síntoma del que el entreno había sido efectivo. Por cierto, Nicolás Hernández estaba haciendo algo parecido, pero él en bicicleta, bajando a toda pastilla por los caminos y haciendo lo propio en las cuestas; y es que ¡es un crack!, tan pronto le pega a la bici, a las medias maratones, duatlon, ultra fondo y lo que se la ponga.
Ahí lo tenéis en la foto, el segundo empezando por la derecha.
Me salieron 1 hora y 3 minutos y unos 11 kilómetros.
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