Anteayer me resigné a repetir la aventura, a sabiendas de que no me hallo. De nuevo tomé el mismo circuito, con la idea de acortarlo y también con menos pretensiones, a un ritmo más suave. Sí a las 17:15 por lo que contaba con el tiempo justo para que no me atrapase la noche, y a punto estuvo de hacerlo. Desde el principio las sensaciones fueron mucho mejores que las del miércoles, como si lo de ese día me hubiese sentado bien, de hecho, cuando tomé el camino que me regresaba a casa, allá por el 7,5 metí una marcha más y por momentos sentí soltura. Fueron unos kilómetros que supusieron un pequeño regalo porque pude correr sintiendo lo que hacía. Me salieron algo menos de 15 kilómetros y acabé bastante más contento que el día anterior.
RELATOS
Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.
sábado, 9 de diciembre de 2017
JUEVES 7: CRUZANDO ESTE PUENTE EN BUSCA DE OTRA ORILLA
Publicado por
JAVIER AYUSO
en
08:53
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Etiquetas:
ENTRENAMIENTOS
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