Buhomaratonianos, así nos vamos a tener que rebautizar mi mujer y yo, al menos así no hemos podido considerar esta semana, auténticas aves nocturnas que hacen el loco por los caminos de Valdepeñas. Se trataba de una semana crucial a mes y medio de nuestra cita con Helsinki, donde el calor había relegado como principal preocupación de mi mujer a las molestias que venía sufriendo desde hace tiempo. En cualquier caso, el lunes era día de descanso para Merche y para mi era día "de calidad", así que había que ejecutar lo escrito en el papel: interval más que exigente a razón de 10´fuertes-3´suaves. Nunca antes había realizado intervals de este calibre, pero lo que trataba era de evitar series largas y sustituirlas con este tipo de entreno. Planteé, como mucho lunes mi querido circuito de La Vega y a eso de las 23 horas, tras darle tiempo a mi estómago a que dirigiera una ligera cena, me puse a calentar. Que queréis que os cuento, encuentro muchas formas mejores de pasar un lunes por la noche, como estar con mi familia viendo la tele, sin ir más lejos, pero no encuentro una forma mejor de sentirme vivo, aunque el peaje que tenga que pagar sea sacrificarme. Tras 15 minutos de un calentamiento más bien lento, me puse manos a la obra y las Sayonara se agarraron a la tierra de tal forma que comencé a sentir las zancadas, una tras otra. El ritmo no sería más rápido de 4´10´´ probablemente, pero puedo decir que me sentía cómodo. Llegó el primer descanso de 3 minutos y no me costó recuperar porque el esfuerzo no estaba siendo importante, así que el trote suave no era inferior a un ritmo de 5´probablemente. La segunda fue mejor que la primera y con ella me puse en el Camino del Peral. La tercera mejoró todo lo anterior y bajando por dicho camino me encontré bien, algo que no me suele ocurrir muy a menudo en mis sesiones. Me dio aún para casi terminar una cuarta y completar y marcarme unos 48´pelados (sin contar el calentamiento) para un distancia de casi 10.800 metros, a una media por debajo de 4´28´´, por tanto buen entreno, más sin tenemos en cuenta que fue hecho de noche y por caminos.
RELATOS
Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.
domingo, 5 de julio de 2015
LUNES 29: COMIENZA LA SEMANA DE ENTRENOS NOCTURNOS
Publicado por
JAVIER AYUSO
en
18:09
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Etiquetas:
ENTRENAMIENTOS
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