Hace tiempo que salir con mi mujer a correr se ha convertido en un hábito, es más, he comprobado con los meses como ha ido siguiendo una evolución similar a la que yo experimenté, pasando de sano ejercicio a pequeña obsesión por progresar. El domingo era día de los inocentes pero no me sorprendí ni dudé cuando Mercedes me dijo que tocaba salir a correr. Nos fuimos por el Camino de Membrilla a buen ritmo para luego coger los caminos hacia el este que nos llevaban a la vía de servicio de la AIV a unos 5,5 kilómetros de casa. Regresamos por allí y la subida a la falda del Cerro del Ángel no fue complicada para ella (cada vez lo es menos). Al llegar al pie del cerro subimos el mismo por la carretera y también subió bien, aunque le pasasen un poco los algo más de 10 kilómetros que ya llevábamos. La bajada la hicimos sin incidencias y volvimos a casa a buen ritmo para completar 14 kilómetros y medio que pudimos llevar a cabo en 1 hora y 27 minutos. Supuso un buen entreno para Mercedes y acumulación de kilómetros para mi.
RELATOS
Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.
viernes, 2 de enero de 2015
DOMINGO 28: QUE MI MUJER SE APUNTE A CORRER CONMIGO NO ES UNA INOCENTADA
Publicado por
JAVIER AYUSO
en
10:04
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Etiquetas:
ENTRENAMIENTOS
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