El viernes por la noche teníamos visita, lo cual me imposibilitaba realizar el entreno que me quedaba de la semana. La única opción que me quedó fue entrenar en el descanso de la comida allá en Manzanares. Con muy pocas ganas me cambié y me aventuré a salir corriendo con todo el calor y se hizo bastante duro. Tuve que hacer de tripas corazón y verlo como un entreno que simulaba lo que ocurrirá a la hora de comer dentro de dos sábados, cuando me vea corriendo por los caminos que separan Madrid y Segovia, quizá a la altura de Navacerrada. No encontré sensaciones en ningún momento pero al menos cumplí realizando un entreno de 9,5 kilómetros a ritmo no muy bueno. Lo mejor es que pude realizar los 85 kilómetros previstos en esta mi penúltima semana del plan.
RELATOS
Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.
domingo, 7 de septiembre de 2014
VIERNES 5: REMATANDO LA SEMANA CON UN ENTRENO EN MANZANARES
Publicado por
JAVIER AYUSO
en
17:53
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Etiquetas:
ENTRENAMIENTOS
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