RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 9 de noviembre de 2013

QUINTA SEMANA DEL PLAN ESPECÍFICO PARA LA MARATÓN DE MÁLAGA

Le debería llamar "Quinta semana del libre albedrío", porque la desplanificación es total. Esta semana estuvo llena de sabores agridulces: por una parte, mi participación en el 10.000 de Socuéllamos no estuvo mal del todo, y aunque evidencie la consabida falta de forma, al menos no padecí tanto como preveía y el tiempo final no fue del todo malo. El domingo por la noche doblé, haciendo algo más de 10 kilómetros con Mercedes, y eso fue lo peor que podría haber hecho, porque las molestias que había tenido días antes en el tibial se convirtieron un un tremendo dolor que no me dejaba correr. De hecho, no salí el lunes por no poder ni casi andar. El martes, con los tobillos totalmente hinchados, salí a correr un rato con Mercedes, porque no podía quedarme parado, y apenas hicimos 6 kilómetros. El miércoles salí para hacer algo menos de 10 kilómetros y las sensaciones fueron algo mejores, porque ya no me molestaba tanto, aunque tuve que capear de nuevo la inflamación que me bajaba del tibial (donde tenía una especie de cardenal que me dolía un montón). El jueves por fin conseguir hacer 75 minutos a ritmo medio y me sentí bien, dentro de lo que cabe y las molestias fueron claramente a menos, y por último, el viernes hice mi salida nocturna en Llerena, donde no tuve molestias ya en el tibial, pero me sentía molesto y pesado.

Está claro que no estoy pasando por mis mejores meses, pero hay que pasarlos para que se abran nuevas puertas en el futuro

Esta es la tabla, que muestra unos casi ridículos 61 kilómetros en toda la semana:


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