Costó madrugar unas pocas horas después de haber hecho las series del día anterior. Además tocaba comenzar otra semana, otro Tourmalet. Me fui con el frontal por el circuito de los Cerros de la Aguzadera y cuando llegué al Cerro del Ángel, lo subí y tras bajar, regresé a casa. No me encontré mal del todo y traté de llevar un ritmo alegre para poder ponerme a tono. Me salió una hora y casi 11 kilómetros.
RELATOS
Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.
martes, 1 de octubre de 2013
LUNES 30: SIN DESCANSO
Publicado por
JAVIER AYUSO
en
22:47
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Etiquetas:
ENTRENAMIENTOS
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Tiene mérito salir con el frontal por esos caminos de Dios, los de la "capital" tenemos suerte, siempre hay luz.
ResponderEliminarSaludos, Emilio.
Odio los caminos por la noche, pero más aún si me es de madrugada. No me cabe más remedio
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