Fue de esas preparaciones de tirada larga que incomodan. Se me había metido entre ceja y ceja el hacer un entreno largo, de esos de preparación de ultra, a pesar de que lo que tengo que preparar es una maratón. Pero como soy mi propio entrenador yo y solo yo decido mi destino. Marqué varias rutas en wikiloc sin tener claro cuál realizar, y me acosté sin mucha motivación. Sonó el despertador a las 06:15 y me ví obligado a levantarme, literalmente, sin ganas. Desayuné y preparé todo, cargué música en el mp3, llené los soft flasks, cogí turroncillos, cargué la ruta elegida en el móvil y me até bien mi chaleco. Todo ello llevó su tiempo y acabé saliendo a las 8 en punto, demasiado tarde para hacer algo más de 38 kilómetros.
Las lectura de las sensaciones que obtengo de inicio me dicen que va a ser un buen día, rara vez me equivoco desde el análisis de las primeras zancadas. No me cuesta mucho correr, voy suelto y sin molestias, y hace fresquito, lo que hace que el obstáculo que supone correr casi 40 kilómetros por terreno algo complicado se ve pequeño y accesible en el horizonte.
Efectivamente, voy comprobando que los engranajes están bien engrasados, alcanzo la Carretera de Daimiel y voy bajando poco a poco la media, había que calentar para coger el ritmo crucero que busco y consigo dejar los primeros 5 kilómetros en una media de 6´pelados por kilómetro, pero ya voy rodando claramente por debajo de ese ritmo. Por el camino que me lleva a Finca Castellanos, el terreno se pone ahora cuesta arriba, pero yo ya voy bien concentrado y sigo bajando claramente la media, tanto es así que cuando la pendiente deja de picar, me lanzo yendo por momentos a poco más de 5´, sin embargo, no se trata de abusar, llevo peso y la distancia va a ser larga. Marco los segundos cinco kilómetros a una media de 5´39´´ y las piernas siguen siendo como al principio. Paso por Finca Castellanos y ahora el terreno se pondrá más técnico y complicado, pronto habrá que acceder a la sierra y habrá pendiente, pero voy muy suelto, incluso en la pendiente de Finca Amparo subo claramente por debajo de 5´40´´, entro en el carreterín asfaltado donde se pone a casi el 10% y marco el tercer grupo de 5 kilómetros a un ritmo medio de 5´51´´, pero ahora sé que el ritmo bajará irremediablemente porque tengo kilómetro y medio bastante duros y luego vendrá un tobogán por camino pedregoso, aún así las piernas fluyen. Por otra parte, el primer turroncillo me lo he tomado lentamente, para no perjudicar mi estómago y me ha ido sentando muy bien, sin notar la digestión pero sintiendo la energía. Alcanzo las antenas y el kilómetro 20, cuatro grupo en 6´ justos, pero la media total sigue estando por debajo de ese tiempo. Entro en la zona técnica del camino de Peñalba, llena de pequeñas sendas y zonas pedregosas, justo por donde pasa la escorrentía de agua cuando llueve; es una zona bonita pero indudablemente no es rápida, el camino se vuelve más ancho pero pedregoso y unos metros más adelante lo dejaré para tomar la nueva ruta, esa que nunca he transitado, cojo el cruce y me meto por la senda para comprobar que el terreno es bastante técnico y pica hacia arriba, lo que hace caer la media. Me pierdo un poco y tengo que sacar en dos o tres ocasiones el móvil para seguir correctamente el recorrido, y en esas una de las veces se me olvida darle al gps con lo que me chupo unos 400 metros en movimiento pero sin medición. Llego a lo alto, el camino se abre ante mi y el paisaje se embellece, toca bajar por una zona de pinos replantados y puedo comprobar que el quinto grupo ha salido más lento, como cabía esperar: a 6´12´´, pero ahora la pendiente será mi amiga, aunque el camino está lleno de piedras y las piernas lo notan. No bajo muy rápido, pero se me hace corta la bajada, quizá por nueva. Alcanzo el camino, ya en el llano, ese que tengo que tomar a la izquierda y que desconozco, es la primera vez que lo recorro. Es el peor momento de todos, tras mi segundo turroncillo siento que estoy algo pesado, y para colmo me topo con una valla en el comienzo de un coto privado de caza, el camino continúa en la otra parte del alambre, pero eso no se ve desde el satélite sobre el plano, así que tengo que bajar por terreno de labranza, bastante complicado por lo pedregoso, toca hacer tobillos, pero alcanzo la carretera aproximadamente un kilómetro más abajo, y ahora toca meter ritmo, afortunadamente siento que las piernas fluyen y me pongo a poco más de 5´el kilómetro. Cae el sexto grupo a un ritmo de 5´57´´ ayudado por los casi dos kilómetros por carretera y tomo la decisión de continuar por esta vía hasta Valdepeñas, no tomar ningún camino, ya que he cambiado totalmente el recorrido debido a la valla antes comentada.
Los siguientes kilómetros se hacen algo pesados, en recta y a un ritmo decente, cae el séptimo grupo a 5´10´´ de media, siento las piernas, pero para bien, y esto ayuda bastante. Me acerco al pueblo y decido que hasta el final conservaré el ritmo y eso hago, aunque ciertamente noto las piernas pesadas en la parte final. El último tramo lo hago a una media de 5´34´´ y me salen 39 kilómetros y casi 800 metros, en 3 horas y 47 minutos a una media de 5´47´´, con paradas técnicas muy breves, pero con un terreno bastante complicado y una altimetría exigente, 420 metros de desnivel positivo.
No son los ritmo que corresponden a un entreno de tirada para una maratón, pero sí son los ritmos de lo que estoy buscando: tiradas largas que me curtan un poco, para compaginar con sesiones más intensas y cortas durante los días laborables.
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