RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 3 de septiembre de 2017

SÁBADO 19: PEDAZO DOBLAJE 24,5+13,5

Aquel sábado salí a realizar un entreno por la zona sureste de Valdepeñas, la que menos conozco. Hacía bastante calor y tuve que encontrar la motivación, además no era lo suficientemente temprano. El caso es que salí con mi chaleco y mis soft flasks y fui avanzando a un ritmo no muy importante, además parando en diversas ocasiones con motivo de las necesitadas consultas al circuito


Sea como fuere se me hizo duro el circuito y consumí toda la bebida isotónica, para beber, y el agua, para refrescarme. Fueron 24,4 kilómetros cuya única pretensión era rodar y acostumbrar las piernas.

Pero por la noche teníamos una cita obligada: la carrera nocturna no competitiva con el Extenuación Valdepeñas. Para Merche era importante porque suponía un pequeño test para ver cómo se encontraba. Yo me puse la mochila con el circuito cargado en el móvil y sin líquidos y salimos de la Avenida Sur con un tremendo calor, por lo menos 36 grados. Las sensaciones de mi mujer bastante buenas, como pude comprobar al verla en las primeras cuestas. Fuimos avanzando en la zona delantera y pronto se nos hizo de noche. El circuito discurría por los caminos del sureste y era bastante duro, el caso es que Merche sufrió un poco en las cuestas de regreso pero demostró un buen estado de forma, corriendo los 13 kilómetros y pico  en 1 hora 13 minutos a una media de 5´37´´ con 180 metros de desnivel positivo. Tras la carrera nos tomamos unos aperitivos.

Yo me encontré bien, teniendo en cuenta la carga que había tenido de la mañana.




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