Aprendí la lección del lunes y a eso de las 14 horas con una temperatura de 36 grados a la sombra, salí con pocas ganas de pasarlo mal, eso sí, ataviado con mochila y dos botellitas de agua bien fría. Pronto cogí ritmo y me sentí bien, sin molestias (comienzo a pensar que la clave está en las Mizuno Rider). Pasé por debajo de la autovía que lleva a Ciudad Real y tomé un camino sin saber muy bien por donde podría luego girar, pero afortunadamente 15 minutos después tomé otro a la derecha. Pese al calor no estaba siendo un suplicio, refrescándome cada 10 minutos. Crucé la carretera que lleva a Alcázar de San Juan y tomé el camino paralelo a la autovía para tener que cruzar a pie la vía. Para finalizar tomé el camino del cementerio para dar un pequeño rodeo y que me salieran casi 11 kilómetros hechos en unos 53 minutos.
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