El tapering tiene sesiones de esas que disfrutas porque corres muy suave y sin pretensiones, sin tener que mirar el ritmo, ni las sensaciones, tan sólo corres para mover las piernas, para que no se aplatanen. Eso hicimos Merche y yo el pasado martes, y además fuimos charlando sobre nuestro plan en Valencia, así que se hizo ameno y para nada desagradable. Una sesión de casi una hora en la que no haríamos ni 9 kilómetros.
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