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sábado, 9 de septiembre de 2017

SÁBADO 26: 32 KMS ALGO SUFRIDOS
















Comenzaba una nueva etapa en mi vida como runner; con la Maratón de Valencia en el horizonte, tomé una decisión: compaginar grandes acumulaciones de kilómetros a ritmos discretos en los fines de semana con entrenos en días laborables cortos pero intensos. Así ese día tiré de chaleco y bebida isotónica, turroncillos y ruta cargada en el móvil. Camino de Ruidera por la mañana bien temprano, y pronto compruebo que me cuesta coger un ritmo constante; he de esperar casi media hora para comenzar a tener mejores sensaciones y mi GPS me va diciendo que la maquimaria se va engrasando poco a poco. En el 9,5 llego al cruce y toca girar a la derecha, he bajado el ritmo medio a 5´40´´ y ahora el terreno tiende a ser cuesta abajo, y así será durante casi 5 kilómetros. Esto me hace coger una muy buena cadencia, y algo me dice que me pasará factura.

 Mientras tanto voy bebiendo cada poco tiempo y me engullo un turroncillo cada 45 minutos. sin embargo una vez cruzada la carretera de Cózar veo ante mí la larga y ancha pista, el calor ya está llegando y sé que viene lo duro.En el 18 tengo que hacer una larga parada técnica porque siento cierta indisposición intestinal que me dice que tengo que tratar de evacuar aguas mayores, pero pronto compruebo que cuesta horrores. Tras 10 minutos reanudo la marcha con cierta desmotivación y cansancio. Pienso que puedo marcar hitos más sencillos, como mantener el ritmo hasta el 23 y luego bajar el pistón y especular. Eso hago, y voy notando que la distancia no avanza todo la rápido que quiero. Alcanzo la Finca de Lourdes, justo en el giro a la derecha que me enfila a casa, llevo 21 kilómetros en 1 hora y 52 minutos, lo cual no está mal teniendo en cuenta que comencé la sesión a ritmo muy suaves. En las siguientes cuestas me animo y me lanzo en las bajadillas, alcanzo el 23 y me pongo otro hito: continuar hasta el 26 con el ritmo, Y mientras tanto voy comparando sensaciones respecto al sábado pasado cuando regresé por el mismo sitio. Llego a la cuesta que pasa por una ladera y donde toca apretar los dientes, y siento que las piernas responden, luego viene una larga bajada pronunciada y me vuelvo a lanzar, y por último la última cuesta de kilómetro y medio que me llevará directo a la vía de servicio de la circunvalación. Alcanzo ésta bastante entero y bajo por la vía para luego enfilarme a mi destino; siento que hecho mis deberes, y que no me va a costar rematar la faena, y eso hago, llego a casa en 2 horas y 50 minutos para 32 kilómetros justos, a 5´21´´ de media. Lo mejor no ha sido el ritmo medio, lo mejor han sido mis piernas en una larga y exigente tirada por terrenos de constantes pendientes y bastantes irregularidades en los caminos.


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